lunes, 31 de diciembre de 2012

En inglés uno es más guapo


Soy partidaria de saber lenguas, cuantas más mejor, me gusta el inglés y acepto sin mayor problema su carácter de lengua global, pero abrir una revista de difusión nacional en castellano y encontrarme un anuncio en inglés y luego otro y otro me parece un poco demasiado.


¿Será que queda mejor decir en inglés: "No espero el éxito, me preparo para él"? ¿No les suena a ustedes igual de bien en castellano? 


¿"Be delicious"? Aquí aparte del inglés entramos en el anuncio tipo "hagamos-de-la-mujer-un-objeto-comestible" y ya hasta se me va a olvidar el aspecto lingüístico.





lunes, 24 de diciembre de 2012

La Iglesia y las lenguas

 
Harmony in red, de Henri Matisse
La Iglesia ha tenido a lo largo de los siglos un papel fundamental en la transmisión de los idiomas. Los predicadores, para ser entendidos, debían dirigirse a cada comunidad en su lengua y, más tarde, formalizar sus enseñanzas en unos textos que sus futuros fieles pudieran consultar y reconocer como propios.

Los primeros autores que necesitaban ser comprendidos por un gran número de personas fueron los apóstoles. Podríamos decir que fueron ellos los que fundaron la profesión de traductor porque para transmitir los evangelios era imprescindible contar con personas que pudieran traducir "la palabra de Dios" a los idiomas de muchas y diferentes comunidades.

Curiosamente algunas lenguas se han conservado gracias a la labor de la Iglesia. Si Paraguay es bilingüe hoy, con zonas rurales donde sólo se habla el guaraní, es debido en sus orígenes a la labor de los jesuitas que, del siglo XVI al XVIII, conservaron la lengua indígena en sus misiones. Asimismo, si Quebec ha mantenido el francés en un país que habla mayoritariamente inglés, se debe a la labor de la Iglesia católica, que prefería asegurar su ascendencia sobre la masa francófona recomendándole incluso que no aprendiera inglés (recomendación que los quebequenses desobedecieron santamente).

En África el proceso fue distinto. Muchos países africanos deben su situación multilingüe actual también a la labor de predicadores ingleses y franceses, pero en este continente la costumbre del clero fue predicar en lenguas particulares, lo que impidió que variedades dialectales próximas se fundieran en lenguas generales que hubieran abarcado un mayor número de hablantes, con lo que facilitaron, sin quererlo, la entrada del inglés y del francés.

martes, 18 de diciembre de 2012

Tres son multitud

Sin título, de Annalisa Avancini

En estos tiempos en los que la economía lo preside todo, es difícil imaginar que todavía existan comunidades en las que la vida discurra con una más que rudimentaria idea de la cuantificación. 

La importancia de la palabra indoeuropea treyes (tres) nos da una idea acerca de la terminología usada por los pueblos primitivos que solo distinguían el singular, el dual y el plural, que era treyes. Este término está ligado etimológicamente a una serie de palabras que expresan pluralidad:

- El adverbio francés très, que indica intensidad, sería nuestro muy.
- La raíz latina trans significa más allá.
- Los sustantivos truppa y tropa en italiano y español, respectivamente.
- El sustantivo francés troupeau (rebaño).
- Los adverbios troppo y trop (demasiado), en italiano y francés que indican cantidades o calidades excesivas.
- Las palabras inglesas three y throng (multitud, tropel).

En castellano, el latín tres es una raíz muy fecunda de la que se derivan, entre otras, las siguientes palabras: tresillo, trenza, trébol, treta, treinta, tercio, terceto, trece, trino, triple, trinidad, trío, tríptico...

Tres fue en la lejanía de los tiempos sinónimo de pluralidad, de los grandes números, es decir, que como bien sabemos, tres son multitud.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Profecía de John Adams

Cleopatra's Head Dress, de Grace Hartigan

Ahora que vivimos pendientes de la premonición de los mayas sobre el fin del mundo, me he encontrado con una profecía muy curiosa, sobre todo porque se ha cumplido a pies juntillas.

En 1780 el futuro presidente de los Estados Unidos, John Adams, declaró: "El inglés está destinado a ser la lengua mundial durante el próximo siglo y los siguientes, en mayor proporción de lo que el latín lo fuera en el pasado o el francés lo es actualmente". Su predicción se cumplió en mayor medida que las del famoso Nostradamus. ¿Tenía una afilada visión del futuro o simplemente acertó?

¿Y cómo ha sucedido? ¿Cómo se ha convertido el inglés en la lengua global que es hoy? Según el famoso lingüísta David Crystal, la primera condición necesaria ha sido que el inglés ocupe algún tipo de posición oficial en más de setenta países. Otra cuestión muy importante es la posición económica del país o países que originariamente hablan esa lengua.

Un país con poderío económico no solo hace negocios con todo el mundo, sino que puede favorecer la enseñanza de su lengua como lengua extranjera en el sistema educativo de otros países. Esta influencia ha sido llevada a cabo habitualmente por los países poderosos, recordemos las instituciones educativas francesas repartidas por todo el mundo, el actual Instituto Cervantes o los Institutos Goethe alemanes.

En la actualidad, más de 100 países conceden al inglés el estatus de segunda lengua. Con la reciente incorporación de China a la economía mundial, un gran número de chinos están aprendiendo inglés. Según un curioso anuncio del banco HSBC, hay cinco veces más chinos aprendiendo inglés que habitantes tiene Inglaterra, es decir, larga vida al inglés.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Bienvenido Mr. Bello

Baby at play, deThomas Eakins

En 1847 Andrés Bello publicó una Gramática de la Lengua Castellana destinada a unificar el uso americano del castellano. La preocupación de Andrés Bello, como él mismo dice en el prólogo, es que en el continente existían "una multitud de dialectos irregulares, licenciosos, bárbaros, embriones de idiomas futuros, que durante una larga elaboración reproducirán en América lo que en Europa en el tenebroso periodo de la corrupción del latín".

Andrés Bello no fue el único ni el primero en tener esta idea, unos años antes el argentino Antonio J. Valdés había planteado la misma cuestión y también había resuelto escribir una gramática que publicó en 1818 con la idea de implantar "el puro lenguaje de Castilla".

No andaba descaminado ninguno de los dos, si nos atenemos a por dónde podían haber ido los tiros de acuerdo con el lenguaje de estas coplillas anónimas que describen el diálogo entre un español trasplantado a América y un indígena que chapurreaba castellano. Dice el primero:

Venga uté a tomai seivesa,
Y búquese un compañero,
Que hoy se me sobra ei dinero,
En medio de la grandesa,
Dio, mirando mi pobresa,
Me ha dado una lotería,
Y aquí está mi papeleta,
Que no he cobrao entuavía.

Así se expresa el que mejor habla castellano de los dos, y aun debemos tener en cuenta que a la hora de escribir siempre procuramos pulir nuestro lenguaje. Su colega le contesta lo siguiente:

A! Si oté no lo cubrá,
Si oté toavía no fue,
Pa que buca qué bebé?
Con qué oté lo va pagá?

Queda meridianamente claro que en dos o tres generaciones el criollo, el nativo y los nativos de otros países estarían hablando idiomas tan diferentes como lo son hoy el castellano y el portugués o el francés. ¡Bienvenido Mr. Bello!


sábado, 8 de diciembre de 2012

Mi mama me mima

Los baños de Tiber, de Ramón Gaya

El  lenguaje además de significar, comunicar, expresar... también suena. La poesía es, por excelencia, el arte que se ocupa de que una frase nos haga levantar los ojos del libro disfrutando el ritmo, el sentido, la expresión y también el sonido de las palabras, pero hoy quiero llamar la atención sobre esos escritores que aunque escriben en prosa, producen frases perfectas en las que el sonido de las sílabas imita su significado.

"...Bajo la bóveda de la estación y el estrépito de los expresos...", dice Antonio Muñoz Molina en Beltenebros y parece que con esa colección de "eses" y "tes" traiga a nuestra memoria el fragor del tren cuando llega o sale de la estación.

"Todavía tenía en sus oídos el retumbar de los truenos en la tormenta de la tarde". Al leer esta espléndida frase parecen sonar en torno los truenos retumbando y atronando entre las nubes. Pertenece a una novela de Manuel de Lope que les recomiendo, Bella en las tinieblas. 

 "Siempre con su cloqueante cacareo de gallina clueca", de Gabriel García Marquez en Cien años de soledad. Genial, ¿no les parece? La propia frase con sus "ces" y sus "clos" imita el sonido que producen las gallinas.

Esta figura retórica se llama aliteración y sí, también es una aliteración el "Mi mama me mima" que aprendimos de pequeños. Hay un genio oculto en cada uno de nosotros.


Los ejemplos están tomados del libro Defensa apasionada del idioma español, de Alex Grijelmo.




jueves, 6 de diciembre de 2012

García Márquez y las haches rupestres

Elizabeth Winthrop Chanler, de John Singer Sargent

Gabriel García Márquez en un Congreso de la Lengua Española celebrado en México en 1997 revolucionó las letras hispanas con la siguiente declaración:

"...Me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas, a las que tanto debemos, lo mucho que tienen todavía que enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los ques endémicos, el dequeísmo parasitario, y devolvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en lugar de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos. Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y la jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima, ni confundirá revolver con revólver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobre una?"

A lo que Octavio Paz, reflejando el sentir de muchos, le contestó lo siguiente:  "El habla evoluciona sola, no tiene por qué proclamar ni declarar la libertad de la palabra, ni su servidumbre. Muchas de las expresiones que García Márquez propuso para sustituir las conjugaciones actuales son arcaicas. Tampoco estoy de acuerdo con la supresión de la h. Si queremos saber adónde vamos hay que saber de dónde venimos"

Este deseo de García Márquez no es nuevo. Entre los siglos XVI y XVII abundaron los tratados de gramática, no faltando entre ellos los que proponían "ke escrivamos como se pronunzia y pronunziemos komo se eskrive", como decía Gonzalo Correas en 1630 en La Ortografía kastellana. No son pocos los escépticos que consideran que la ortografía supone un corsé inútil, aunque si lo pensamos bien ningún estudiante de música rechazaría el solfeo como algo que limitase su creatividad. Las normas elementales de la música son eso: solo condiciones básicas para componer, para crear.

Por otra parte, es curioso lo poco que nos gustan los cambios ortográficos aunque conduzcan a la simplificación. La Academia autorizó a escribir sicosis en lugar de psicosis, o sicología en lugar de psicología y, sin embargo, estas segundas formas han sobrevivido al cambio y han vencido a la propuesta modernizadora y simplificadora. A mi me gustó la propuesta de escribir Setiembre en lugar de Septiembre, pero reconozco que he claudicado y escribo Septiembre porque parezco ser la única y temo que quien me lea piense que estoy cometiendo una falta de ortografía.

Por cierto, un contemporáneo de García Márquez comentó que lo suyo con la ortografía había sido "una mamadera de gallo", que es la forma de decir en Colombia "una tomadura de pelo".



lunes, 3 de diciembre de 2012

Inmersión lingüística

Retrato del papa Inocencio X, de Velazquez

Cuando Cristóbal Colón desembarcó en América encontró pueblos, tribus y grupos humanos que hablaban distintas lenguas. Ni las tribus se entendían entre sí ni, por supuesto, podían comunicarse con los españoles. Podemos imaginar que en un principio los españoles intercambiaran con los indígenas algo de vocabulario, cosas que pudieran señalar y nombrar a un mismo tiempo, pero ninguna acción importante se puede llevar en común si uno no se entiende. Era imprescindible que los  indígenas aprendieran castellano.

Los conquistadores españoles recurrieron a un método que todavía hoy es el más efectivo para aprender un idioma: la inmersión lingüística. Así como nosotros enviamos a nuestros hijos a Inglaterra, Irlanda o Estados Unidos para que aprendan inglés, ellos decidieron enviar a algunos indios, los hijos de los caciques, los que apuntaban maneras de líderes, a España a aprender español.

Pero a menudo las cosas de la lengua son como las cosas del querer, que no van por donde a uno le gustaría. Nuestros insignes conquistadores no contaron con las graves dificultades de adaptación de unas personas que jamás habían emprendido un viaje semejante, ni habían conocido otras tierras que no fueran las suyas.

La mayoría de los indígenas que llegaron a España, más concretamente al Reino de Aragón, murieron de enfermedades para las que no tenían defensas. Los pocos que quedaron fueron rápidamente embarcados de regreso a América tan pronto como empezaron a chapurrear aceptablemente el español. Pero los desagradecidos de ellos, quizá espantados de tanta costumbre distinta, quizá temerosos de volver a ser embarcados rumbo a un mundo hostil, no bien pisaron suelo americano huyeron despavoridos y nunca más se supo de ellos.

Al contrario que estos indígenas trasplantados a España, nuestros hijos -en general- van encantados a tierras extranjeras donde se sienten libres de la mirada paterna. El problema es que nosotros les enviamos a aprender inglés y ellos se reúnen con sus compañeros españoles y se lo pasan pipa, porque a ver cuándo se van a ver en otra ocasión tan libres lejos de su tribu.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Las notas musicales

Danza en la ciudad, de Renoir

¿De dónde provienen las notas musicales? ¿Por qué precisamente las sílabas do, re, mi, fa, sol, la, si y no otras?

Un tal Guido d'Arezzo, monje benedictino, inventó, en el siglo XI, un sistema de tres líneas y luego de cuatro que permitía la representación gráfica de hasta nueve notas. Más tarde se añadíó una quinta línea y se convirtió en el pentagrama actual.

Este autor, también conocido como Guido Aretinus y Guido Monaco, fue además el que otorgó una sílaba a cada nota de la escala musical decidiendo que esta fuera la sílaba inicial de las primeras seis líneas de un himno sáfico a san Juan Bautista que decía así:

Ut queant laxis
Resonare fibris,
Mira gestorun
Famili tuorum,
Solve polluti
Labii reatum,
Sancte Ioannes.

Y que significa: "Para que puedan tus servidores exaltar, con voz clara, tus hechos admirables, retírales de los labios toda impureza, oh san Juan."

Hacia el siglo XVI la sílaba ut se cambió por do, debido a su mayor facilidad de pronunciación.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Las palabras son la moneda de cobre de la vida diaria

Iris, de Vincent Van Gogh

Las palabras son la materia prima de trabajo de los escritores. Con ellas crean historias, fabulan, describen y nos transportan. Ellos nos regalan una vida distinta en cada libro, un paisaje, un país, un mundo entero solo alineando palabras una detrás de otra.

Al abrir un libro nos metemos en la piel de un asesino, un artista, un hombre de leyes o un suicida. El hombre es mujer y la mujer, hombre, los dos pueden saber cómo se siente un homosexual y qué felicidad depara la vida al enamorado o cuánto dolor supone la pérdida de un hijo.

Hay frases con una capacidad evocadora maravillosa: El molino ya no está, pero el viento sigue allí, escribió Vincent Van Gogh en una carta a un amigo. ¿No es una frase melancólica y misteriosa?, ¿no es poesía pura? Curiosamente la escribió un pintor, alguien que se expresaba por medio de un pincel y no con la pluma. ¿Quizás las palabras se le quedaban cortas?

No le sucedía lo mismo a Carlos Fuentes, de quien es esta cita que me ha gustado mucho:

"Usamos palabras para amar, pedir, injuriar, exaltar, saludar. Gastamos las palabras en el roce diario del trabajo, el movimiento, el trato con amigos y extraños; el cariño con mujer e hijos, la blasfemia contra enemigos, la adulación de poderosos, la información, la noticia, la conclusión... Las palabras son la moneda de cobre de la vida diaria. Pero pueden ser el conducto que salva a las propias palabras de su condición consuetudinaria y las convierte en oro de la poesía y el pensamiento. Cuesta rebajar la música. Más aún cuesta elevar la palabra".*

* Carlos Prieto: Cinco mil años de palabras, Fondo de Cultura Económica, 2005. Prólogo de Carlos Fuentes.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Englaland, segunda parte

La habitación japonesa, de Mariano Fortuny

La segunda oportunidad que tuvo el románico en Inglaterra vino de la mano de los franceses. Guillermo II, duque de Normandía, concibió el ambicioso plan de conquistar Inglaterra y con ese propósito desembarcó en Hastings en 1066. La victoria normanda fue completa y Guillermo II de Normandía pasó a ser Guillermo I de Inglaterra y conocido como El Conquistador.

Esta conquista tuvo grandes repercusiones para la lengua en Inglaterra: la nueva corte y la nobleza solo hablaban latín y francés: "La invasión normanda fue como una bomba que destruye un dique y provoca una inundación. La corriente de palabras francesas que se introdujeron en el inglés a partir de 1066 ha seguido sin interrupción hasta nuestros días".*

Muchas palabras francesas se incorporaron al vocabulario jurídico: equity, judgement, felony, perjury, attorney, bailiff, bar, summons, proof, bail, fine, prison, arrest, accuse, pardon, trespass, arson, larceny, fraud, estate, tenant, heir, justice, etc.; al militar: army, navy, peace, enemy, arms, battle, dfense, soldier, vanquish, conquer, etc.; y otro tanto ocurrió con la terminología culinaria: dinner, supper, taste, fruit, salad, grape, biscuit, cream, toast, gravy, oyster, venison, veal, mutton, pork, beef...

Es curioso comprobar cuántos apellidos ingleses y nombres de profesiones provienen del francés. Veamos algunos ejemplos:

Butcher, de boucher, "carnicero".
Carpenter, de charpentier, "carpintero".
Mason, de maçon, "albañil", (esta denominación en castellano proviene del árabe).
Tailor, de tailleur, "sastre".
Bollinger, de boulanger, "panadero".
El patronímico Fitz, tan común en los apellidos ingleses, también es una importación del franco normando fils (hijo).

Esta segunda oportunidad que le fue concedida al romance en Inglaterra, por desgracia para nosotros, no prosperó. El inglés se caracteriza por una capacidad aparentemente ilimitada de absorber palabras del más diverso origen. Ni los gobiernos, ni las academias imponen ningún filtro a las palabras extranjeras, solo su uso determina si son adoptadas o no. Y quizás precisamente esta permeabilidad fue lo que llevó al inglés a integrar los préstamos que le llegaban sin cambiar su estructura.

En su estructura, el inglés es una lengua germánica, descendiente del anglosajón, en su léxico es una lengua riquísima en palabras de origen latino. En el Oxford English Dictionary aparecen unas 500.000 palabras de las que tres quintas partes provienen del francés, del latín y del griego, y tan solo una quinta parte del anglosajón escandinavo. Para hacernos una idea de la magnitud de las cifras, el Diccionario de la RAE tiene unas 100.000 palabras.

Así las cosas,  no debería ser tan difícil para nosotros aprender inglés, ¿verdad?


* Pei, Mario: The Story of English, Fawcet, Premier Book, Nueva York, 1965.




jueves, 22 de noviembre de 2012

Englaland

A Friendly Call, de William Merritt Chase

La isla de Bretaña formó parte durante varios siglos del Imperio romano, lo que supone que no sería temerario afirmar que hoy los ingleses tranquilamente podrían estar hablando una lengua románica.

Los romanos estuvieron en Bretaña casi 400 años, desde su conquista en el año 43 hasta el 410, fecha en la que las últimas legiones romanas dejaron la isla con el objetivo de defender Roma de los invasores germánicos.

En el año 449 entraron en Britannia pueblos anglos y sajones procedentes del Mar del Norte y del Mar Báltico, con ellos dejó de hablarse el latín y con ellos desapareció la posibilidad de que se hubiera desarrollado otra lengua romance, el "británico".

Las poblaciones celtas, que resistieron durante siglo y medio, nunca se asimilaron a los invasores; siguieron luchando hasta quedar cercados en tierras de Irlanda, Cornualles, Gales y Armórica (la Bretaña francesa). Los invasores les llamaban wealas, "extranjeros", de donde proviene el nombre inglés Welsh con el que se les conoce hoy a los galeses.

El lenguaje que se impuso, como bien sabemos, fue el de los anglosajones. En el año 601, el papa Gregorio I llamó por primera vez Rex Anglorum al rey Aethelbert de Kent. El pueblo se llamaba Anglecynn y su lengua, Englisc. Poco tiempo después, el país ya no era conocido como Britannia sino como Englaland, la tierra de los anglos, Inglaterra.

martes, 20 de noviembre de 2012

Los nombres de los meses

Pirouette, de Andrei Zadorine

En la actualidad el calendario tiene como referencia el ciclo que describe la tierra alrededor del sol, pero en época de los romanos, que es a quienes debemos los nombres de los meses, el calendario (del latín calenda) estaba basado en las fases de la luna. El año tenía solo 304 días repartidos en 10 meses y comenzaba en el mes de marzo:

Martius era el mes de Marte, el dios de la guerra.
Apriles se debe a aperire, abrir, porque es el mes en el que se abren las flores y todo el campo despierta.
Maius es el mes de la antigua diosa itálica Maia, diosa de la primavera.
Junius recibe este nombre en honor de la diosa Juno, esposa de Júpiter y diosa de la maternidad.
Quintilis es el quinto mes.
Sextilis o sexto mes.
September, séptimo mes.
October, octavo mes.
November, noveno mes.
December, décimo mes.

Fue bajo el mandato de Julio César cuando se hizo la reforma de este calendario que pasó a ser conocido como Juliano en su honor. Entonces se añadieron dos meses que se colocaron al principio del año, y que se llamaron:

Januarius en honor de Jano, el dios romano de dos caras, que protegía las entradas y miraba en dos direcciones y
Februarius, mes de las purificaciones, de februare (purificar).

Más tarde se decretó que a Quintilis se le cambiara el nombre por Julius en honor de Julio César, y Sextilis, pasó a ser Augusto en honor del primer emperador. Los nombres de los siguientes meses             -September, October, November y December- no fueron modificados, con lo que se perdió la preciosa lógica del orden numérico.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Dar apariencia de solidez al viento

David Hockney

Algunas de nuestras más novedosas ideas ya han anidado en la cabeza de otra persona con anterioridad. Hasta los diagnósticos del tiempo en que vivimos resultan los mismos que los que hicieron otros antes que nosotros ante situaciones o hechos similares pero diferentes.

"Hay que admitir que el actual caos político está relacionado con la decadencia del lenguaje y que puede mejorarse empezando por la expresión verbal. El lenguaje político esta designado para hacer que las mentiras parezcan verdades, y el asesinato una acción respetable, y dar apariencia de solidez al viento. Uno no puede cambiar todo esto de la noche a la mañana, pero al menos puede cambiar sus propios hábitos y, de vez en cuando, si uno grita lo bastante alto, arrojar el cubo de la basura al que pertenecen algunas de las frases desgastadas e inútiles".  George Orwell: Politics and the English Language, 1946.

Más que curioso resulta inquietante.


                                                                     



lunes, 12 de noviembre de 2012

Desahucio

Mujer con los ojos cerrados, de Lucian Freud

La palabra desahucio está tristemente de moda hace ya unas cuantas temporadas. En algunos países no se lleva en invierno pero en el nuestro resiste y permanece. Existen el desahucio express, la plataforma Stop Desahucios y la web www.edesahucios.com donde le tramitan un ídem rápido y económico. 

Desahuciar, según la Real Academia Española de la Lengua, tiene tres significados:

"1. Quitar a alguien toda esperanza de conseguir lo que desea. 
2. Dicho de un médico: Admitir que un enfermo no tiene posibilidad de curación.
3. Dicho de un dueño o de un arrendador: Despedir al inquilino o arrendatario mediante una acción legal."

En su etimología el término procede del siglo XIV y es un derivado del antiguo ahuciar, primitivamente afiuzar, 'dar confianza o crédito a una persona'. Este verbo, procede a su vez de fiuza 'confianza' (de donde se deriva fiduciario).

Una persona desahuciada es, por lo tanto, alguien que ha perdido la confianza (y con ella la casa), alguien a quien se le ha arrebatado toda esperanza o alguien sin posibilidad de curación. Yo, la verdad, entiendo perfectamente que quien esté en cualquiera de estas circunstancias, no tenga ganas de vivir.

viernes, 9 de noviembre de 2012

El arte de la conversación

Lovis Corinth

Basta escuchar o leer una entrevista de Fernando Savater para darse cuenta de cuánto le gusta conversar, cómo disfruta entablando discusiones, con qué alegría se lanza a las controversias más dispares y qué hábil y divertido es en las contiendas políticas. La cita que traigo hoy aquí es un poco antigua, pero me gusta mucho y creo que conserva toda su vigencia.

"Hablamos, pero no conversamos. Disputamos, pero rara vez discutimos. La conversación no consiste en formular peticiones o súplicas, ni el ladrarse órdenes o amenazas, ni siquiera en susurrar halagos o promesas de amor. El arte de la conversación es el estadio más sofisticado, más civilizado, de la comunicación por medio de la palabra. Un arte hecho de inteligencia, de humor, de buenos argumentos, de anécdotas e historias apropiadas, de atención a lo que dice el vecino, de respeto crítico, de cortesía... Es tan sofisticado y civilizado este arte que hoy probablemente sólo sigue estando al alcance de algunas tribus de Kalahari que desconocen tanto la prisa funcional como la jerga cibernáutica".

                                                                "Un arte en desuso" en el País Semanal, 16 de agosto de 1998.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

El matrimonio y el patrimonio

El matrimonio Arnolfini, de Jan van Eyck

La reciente decisión del Tribunal Constitucional ratificando la ley que permite el matrimonio homosexual ha vuelto a traer este tema a la palestra.

Un tertuliano de la cadena de televisión Cuatro para justificar su rechazo a llamar matrimonio a la unión entre homosexuales recurría hoy a la etimología de la palabra. "Matrimonio viene de madre", argumentaba, "no se puede llamar así a la unión entre dos hombres". "¿Y patrimonio?", le ha contestado un compañero de mesa, "patrimonio procede de padre".

Y me ha parecido una respuesta muy buena y muy ágil porque, en efecto, patrimonio se aplica a las posesiones tanto de los hombres como de las mujeres, evidentemente porque el concepto ha evolucionado y se ha adaptado a las necesidades de la sociedad. Y a nadie se le ha ocurrido reclamar que patrimonio no se pueda aplicar a los bienes de las mujeres, igual que lengua materna se sigue aplicando a la primera lengua que aprende un niño, independientemente de que se la enseñe su madre, su padre o sus abuelos.

Por lo tanto, ojito con la etimología porque es un argumento muy recurrente pero nos puede salir rana.

martes, 6 de noviembre de 2012

Reforma ortográfica en Francia

Camille Monet leyendo. Renoir

Todos los que hemos estudiado francés sabemos lo endemoniadamente complicadas que pueden ser su ortografía y su gramática: tres acentos distintos, letras mudas, cedilla, una escritura que poco tiene que ver con la pronunciación... pero también sabemos cuán importante es la ortografía para los que amamos el lenguaje y cómo nos resistimos a los cambios.

El caso francés es muy interesante. En 1990 el Consejo Superior de la Lengua Francesa aprobó una reforma que desató discusiones apasionadas y mantuvo a Francia dividida en dos bloques: los que estaban a favor y los que estaban en contra. Le Figaro se aferró a las antiguas normas; mientras el diario Libération, de carácter progresista, se declaraba de acuerdo con el cambio, así como Le Monde. El sindicato de correctores de imprentas y editoriales también estaba en contra, mientras que el de maestros estaba a favor. Y así toda Francia, dividida en sus intelectuales, sus periodistas, sus profesionales, sus ciudadanos...

Las nuevas reglas cambiaban la escritura de unos 4.000 vocablos de los 50.000 que una persona culta puede escribir en francés a lo largo de su vida.  La lengua de Molière perdía con esas modificaciones el guion que une ciertas palabras y, sobre todo, el acento circunflejo, el sombrerito que constituye todo un marcador genético: donde él aparece, antes hubo generalmente una letra s: fenêtre, fenestra (ventana); île, isle (isla), huître, huistre (ostra)... Además, la reforma incluía ciertas supresiones del conjunto ph y de las letras dobles ss y pp en algunas palabras. Pecata minuta que diríamos viendo los toros desde la barrera.

Resulta curioso que ante una propuesta como esta, algunas personas desde una posición izquierdista defendían la simplificación de la lengua por entenderla un avance progresista que evitaría el fracaso escolar, mientras los comunistas franceses, con el diario L'Humanité a la cabeza, manifestaron que la aparente necesidad de modernizar la ortografía constituía solo "una manera de distraer la atención de los verdaderos problemas de la enseñanza".

La Academia francesa, ante las proporciones del debate que se desató en el país, adoptó, solo unos meses después, una salomónica decisión: se mantenía en sus tesis sobre la nueva ortografía y, al mismo tiempo, instaba al Gobierno a no aplicarla imperativamente, y a someterla "a la prueba del tiempo". Y hasta hoy.


viernes, 2 de noviembre de 2012

La lengua absuelta


Elías Canetti nació en Bulgaria en 1905 en el seno de una familia judía sefardí. Su apellido proviene de Cañete, un pueblo de Cuenca que le hizo hijo adoptivo. En Rustchuk, su ciudad natal, se hablaban cuando él era niño numerosas lenguas. "En un mismo día", recuerda Canetti en el primer volumen de su autobiografía La lengua absuelta, "se podían escuchar siete u ocho idiomas diferentes", porque la ciudad era el hogar no solo de judíos españoles, sino también de búlgaros, turcos, griegos, albanos y gitanos, además de rumanos y rusos.

El español medieval de los sefardíes fue su primera lengua, aunque el futuro escritor estaba expuesto a otra lengua en su hogar. Si bien sus padres siempre hablaban con sus hijos en español sefardí, entre sí se comunicaban en alemán. Fue quizás algo natural que Elías sintiera una gran fascinación por una lengua que pertenecía solo a los mayores: "los escuchaba con la máxima atención y luego preguntaba qué quería decir esto o aquello. Yo creía que eran cosas maravillosas que solo podían expresarse en esa lengua. Después de suplicar inútilmente me iba a una habitación que apenas se utilizaba y repetía para mí las frases que les había oído a ellos, con la misma entonación, como si fueran conjuros mágicos".

Las criadas de la casa no fueron tan reticentes a la hora de compartir sus conversaciones y con ellas el pequeño Elías aprendió búlgaro. En su autobiografía afirma que no recuerda cómo ni cuándo pero que muchos de sus recuerdos infantiles los conserva en este idioma.

Cuando Elías Canetti contaba 6 años la familia se trasladó a Inglaterra buscando un futuro mejor en Manchester, pero el padre de Elías murió repentinamente y la madre se vio obligada a trasladarse de nuevo a Viena. Elías tenía entonces 8 años y su madre temía que no fuera aceptado en el colegio por no saber alemán. Se propuso entonces enseñarle en solo tres meses el idioma que antes le había negado y lo hizo con el curioso método de hacerle repetir frases en alemán hasta que las pronunciaba aceptablemente para ella, entonces le decía el significado una sola vez y Elías debía recordarlo para siempre. La madre pensaba que los libros no servían para aprender un idioma, que había que escucharlo y hablarlo y solo después se podía consultar una gramática o ver las palabras escritas. Así aprendió Elías el idioma con el que conseguiría ser Premio Nobel de Literatura en 1981: "una tardía lengua materna, inculcada a base de auténticos sufrimientos", según sus propias palabras.

Canetti, Elías: La lengua absuelta, Barcelona, Muchnik editores, 1980.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Heinrich Heine o la nada


De cómo el poeta alemán Heinrich Heine pasó a llamarse la nada en francés:

"Aquí, en Francia, mi nombre en alemán "Heinrich" se tradujo como "Henri" en cuanto llegué a París. Tuve que resignarme a ello y terminé llamándome así en este país, puesto que la palabra "Heinrich" no le sentaba bien al oído francés y los franceses recurren a todo lo que tengan a su alcance para transformar el mundo en algo plancentero y fácil para sí. Tampoco eran capaces de pronunciar el nombre "Henri Heine" correctamente, por lo que para muchos me llamo Enri Enn; otros lo han reducido a "Enrienne" y algunos hasta me llaman "Un Rien".*


* Heine, Werke, vol. 4, Schriften über Deutschland, p. 558. Cita de Heller-Roazen, Daniel: Ecolalias, Katz Editores, 2008.

lunes, 29 de octubre de 2012

¿Quién dijo dialecto?


Retrato de Isabel. Ramón Gaya

¿Por qué hablan de lengua cuando quieren decir dialecto? ¿Ustedes creen que el valenciano es un idioma o un dialecto? Yo, la verdad, habría afirmado con toda rotundidad que el valenciano era un dialecto y habría cometido un grave error porque el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana dice: "También se define la lengua valenciana como propia de la Comunitat Valenciana y el idioma valenciano, junto al castellano, los dos idiomas oficiales".

Y es que el término "dialecto" está muy desprestigiado, todos queremos hablar una lengua y dejar los dialectos para las aldeas en fase de extinción. ¿Cómo hacemos entonces para llamar tal a un dialecto sin que suene peyorativo o tenga un carácter de dependencia? Algunas escuelas lingüísticas han resuelto la cuestión inventando términos nuevos. O sea que los mismísimos lingüistas se aprestan a buscar eufemismos para describir términos lingüísticos. Tiene miga la cosa.

Estas escuelas lingüísticas hablan de variantes diatópicas y variantes diastráticas, así como de lenguajes especiales. El primero de los términos sería el equivalente a dialecto y el segundo, a jerga. Es decir, que el euskera tiene variantes diatópicas y también variantes diastráticas o, en efecto, aquello de cómo no llamar a las cosas por su nombre y en todas partes cuecen habas.

Tener una lengua propia es hoy en día tan necesario para una comunidad como para una familia tener un coche. Una comunidad tan tranquila como la de Aragón promulgó una Ley de uso, protección y promoción de las lenguas propias de Aragón que dice: "El aragonés y el catalán son lenguas propias originales e históricas de nuestra Comunidad Autónoma", ¿y el castellano?, ¿adónde fue que se perdió?

Aelio Stilo fue el primer gramático del latín y uno de los maestros de Cicerón y pensaba que la lengua de los romanos no era, en verdad, más que un dialecto del griego. Como se suele decir: ¡ay, si levantara la cabeza!



lunes, 22 de octubre de 2012

Las cartas de Albrecht von Wallenstein

Egon Schiele. Field Landscape.

El ejército ha sido a través de la historia un elemento de propagación de la lengua, y no por la fuerza como podría pensarse, sino porque los ejércitos eran organizaciones formadas por gente de diversa procedencia.

En la Edad Media era habitual que un país no tuviera suficientes hombres para constituir un ejército (como sucede hoy en España) por lo que las tropas eran internacionales y por lo tanto, políglotas. El ejército español de los Países Bajos contaba con soldados ingleses, irlandeses, alemanes e italianos, además de españoles. Hay que tener en cuenta también que en aquella época los soldados se alojaban con los civiles, por lo que el intercambio de palabras estaba asegurado.

La Guerra de los Treinta Años en la que participaron los estados alemanes, Francia, España, la República holandesa, Dinamarca y Suecia favoreció especialmente el desarrollo de una lengua militar que llegó a hablarse desde Portugal hasta Polonia.

El francés aportó algunos términos relativos al armamento, como arquebus, artillerie, bayonette, cartouche y pique, así como palabras que designan el frente y la retaguardia (avant-garde, arriere-garde). La lengua italiana contribuyó con términos como bastione, battaglione, infanteria, moschetto, scaramuccia, sentinello y squadrone. El castellano participó con palabras como alférez, amotinarse, bandolero, casco, guerrilla, merodear, tercio y unas cuantas con la terminación -ada, como armada, retirada, escalada y emboscada. Los alemanes aportaron términos relativos al rango y a las instituciones como admiral, advokat, barón, dekret, president y senator.

Albrecht von Wallenstein fue un caudillo mercenario que durante la Guerra de los Treinta Años llegó a poseer un ejército de entre 30.000 y 100.000 hombres. Dicen que era un hombre de carácter agrio, cínico y cruel, aunque que se va a esperar de una persona cuya vida transcurre en el campo de batalla. Por si esta perra vida fuera poco, cuentan las crónicas que nunca se conoció de Albrecht aprecio por persona alguna, salvo por la que fue su esposa, Lucrecia. Pero por desgracia para nuestro caudillo, Lucrecia falleció joven y el militar quedó sumido en la tristeza y el malhumor.

Lo cierto es que solo pretendía traer aquí algunas de las expresiones que Albrecht von Wallenstein incluía en sus cartas pero no me he podido resistir a contar un poco de su historia. Las cartas de nuestro militar, escritas en alemán, están salpicadas de palabras españolas, italianas y francesas. A veces el general empleaba expresiones completas, como per inganiarme meglio (españolizando el termino italiano ingannare), pero las más frecuentes son las expresiones mezcladas: meine disegni (mis planes), ein posto (un puesto), solchen travaglio (tal esfuerzo), dem basta (lo suficiente), kein tregua (sin tregua) o Guberno-sachen (asuntos de Estado). Estas cartas, bocato di cardinale para los estudiosos, ofrecen un material muy valioso, tanto para conocer el vocabulario de la época como para comprobar cómo los términos traspasan las fronteras de una lengua cuando están en contacto con otra.

lunes, 15 de octubre de 2012

Los JASP



Los textos publicitarios constituyen un elemento de primer orden para el trabajo y estudio de la lengua.  Analizar la manipulación lingüística contenida en los anuncios es un auténtico divertimento. Y podemos entender el concepto de manipulación en su sentido etimológico de 'arreglar algo de forma artística' o en el sentido más prosaico de 'ser controlados para los intereses del que manipula'.  

Sin letra pequeña era el lema del anuncio de un banco español, en tres palabras esa frase transmite toda una filosofía comercial: el banco nos dice que sus productos no engañan, que su política comercial es honesta y sincera porque no tiene letra pequeña. Otra cosa distinta es que sea cierto, eso ya es harina de otro costal.

Los recursos expresivos que utiliza la publicidad son diversos. Se usan mucho la polisemia y el doble significado, por ejemplo, hay un anuncio de Euskaltel que muestra un tipo con el pelo largo y rizado y se acompaña de un texto que dice: Mejor sin permanente, es decir, el fulano estaría mejor sin permanente en el pelo y sin tarifa permanente en el móvil.

Es frecuente también el uso del superlativo y del comparativo, el mejor, el más... ¿se acuerdan ustedes de aquel famoso Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo? El mismísimo director de la empresa, que era el protagonista del anuncio, nos decía que no íbamos a encontrar nada mejor que el detergente que él anunciaba. La rima es el recurso utilizado en El euskera es la pera y la repetición redundante y acumulativa de Por poco como como loco es la manera de llamar la atención de Telepizza.

El lenguaje publicitario busca la estilización del texto y elimina todo aquello que considera superfluo. Este anuncio no necesita palabras, literalmente: Banco Santander, sobran las palabras. Y es que cada minuto de publicidad en televisión sale a precio de oro por lo que hay que aprovechar cada milésima de segundo.

Los anuncios suelen abusar de la frase imperativa, apoyada en la interpelación directa del usted o del tu. Recuerdo aquel famoso Ven y cuéntalo, de Euskadi al que ahora le ha salido un competidor en Ven y Ribérate, de Ribera del Duero.

Algunos eslóganes son tan acertados que pasan a incorporarse a nuestro vocabulario, como por ejemplo aquel Joven Aunque Sobradamente Preparado, de Renault que devino en la forma de nombrar a toda una generación: los JASP. Hay quien dice que ahora son los JESP, Joven Emigrante Sobradamente Preparado. ¡Snif!






martes, 9 de octubre de 2012

La poesía es un arma cargada de futuro



El poeta desgrana una palabra y curiosea en su interior, la huele despacio y espera que le hable, escucha cómo retumba su sonido y si le gusta, se la guarda complacido y va en busca de otra. Y compone poesía para el pobre, una línea y después otra y va levantando una casa sin jamás decir no puedo más y aquí me quedo porque las palabras que sueña cuando está despierto son el armazón que sostiene su alma.

El poeta es un ser extraño, es alguien que se pregunta qué es poesía, un tipo cotidiano que escribe las nanas de la cebolla, es un fulano enamorado dando gracias a la vida o un futuro suicida llenecito de melancolía. Es un caminante haciendo camino, un hombre de tierra adentro que encuentra caminos en el mar y que maldice la poesía de los que toman partido, partido hasta forrarse.

Al poeta le gusta jugar con las palabras, le gusta pensar que son solo suyas y sentir que entre letras su soledad se siente acompañada porque él y su poesía son mucho más que dos.





jueves, 4 de octubre de 2012

Limpia, fija y da esplendor

Autorretrato, de Egon Schiele

En Europa allá por el siglo XVII, tras sufrir sendas plagas de peste y cólera, comenzó a existir lo que se ha dado en llamar una "gran angustia de contaminación". Esta preocupación por el contagio alcanzó a todos los niveles de la sociedad y comenzó a propagarse la idea de la importancia de la limpieza y la pureza.

Esta tendencia se hizo extensiva al lenguaje y rápidamente se alzaron voces en favor de la pureza lingüística. El primero de los objetivos era salvar la propia lengua de la contaminación exterior, no nos contagiemos, no dejemos entrar al extraño; el segundo objetivo era defensivo y pretendía preservar un statu quo que los puristas creían amenazado.

España no fue ajena a esta corriente y en 1713 se creó la Real Academia Española de la Lengua a iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena. Eran tiempo de Felipe V, quien la colocó bajo su «amparo y Real Protección».  El propósito de la Academia era «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza», de ahí el que ahora nos parece curioso lema de Limpia, fija y da esplendor, obediente al propósito de conservar la elegancia y pureza del idioma y de fijarlo en el estado de plenitud que tenía en el siglo XVI.

Una anécdota muy curiosa de este furor por la pureza nos la proporciona el holandés Jan van de Werve. Este abogado escribió un libro en el que condenaba la corrupción de la lengua holandesa, debida a las palabras que provenían de lenguas romances. Tituló su libro Tresoor der Druitsche Tale, sin ser consciente de que él mismo, purista a ultranza, había deslizado nada menos que en el título, una palabra procedente del francés: tresoor (trésor), una omisión que corrigió en la segunda edición del libro por el mucho más germánico Schat.



lunes, 1 de octubre de 2012

El nombre de la BlackBerry



Lexicon es una empresa norteamericana dedicada a crear nombres para los productos, es decir, marcas, pero no los logos ni la imagen corporativa, sino solo el nombre. ¿Y puede ser tan importante el nombre? se preguntarán ustedes. Pues sí, el nombre es fundamental.

La empresa Research In Motion (RIM) puso en el mercado en 1997, un teléfono inteligente sumamente innovador al que sus usuarios no le sacaban partido y que no se vendía ni la mitad de lo esperado teniendo en cuenta la exclusividad del producto.

Lexicon trabaja con dos lingüistas fijos y 77 eventuales de 53 lenguas distintas repartidos por todo el mundo, ya ven, quién se lo iba a imaginar, lingüistas en la plantilla de una empresa puntera. Cuando RIM acudió a ellos pidiéndoles un nombre para el RIM 950 o RIM 960, que era como se llamaba en aquel momento la BlackBerry, tuvieron claro que tenían que encontrar un nombre que identificara y diera personalidad a ese móvil tan distinto a los demás. 

Miraron su teclado, su forma, se lo pasaron de mano en mano... y comenzaron a crear metáforas que lo describieran. A alguien se le ocurrió llamarle strawberry, 'fresa', pero era un nombre demasiado "frutal" y poco original. Sin embargo les gustó berry que significa 'mora' en inglés. El teléfono se podía parecer a una 'mora' por su teclado, era como si las teclas fueran los pequeños granos de una mora. Y de strawberry llegaron a BlackBerry, black, 'negro' es una palabra que se asocia con la tecnología. El equipo de Lexicon estuvo en seguida de acuerdo en que el nombre era bueno, muy bueno. Tan bueno, que una vez convertido el RIM 950 en BlackBerry, las ventas del teléfono comenzaron a subir como la espuma. Una vez más, Lexicon había acertado.

Lexicon es hoy una empresa puntera en el mundo de las marcas, son los creadores también de PowerBook, Pentium, o Intel Inside. Según ellos, un nombre que aspire al éxito debe cumplir tres premisas: ser fácil de pronunciar en varias lenguas distintas, tener evocaciones positivas para el potencial cliente y transmitir algo relacionado con el producto que nombra. Nada fácil si nos ponemos a pensarlo.




miércoles, 26 de septiembre de 2012

La palabra exacta

Amaral

Según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra y el Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados, nuestro cerebro tarda menos de medio segundo en encontrar la palabra que buscamos. Otra cosa es si esa palabra que encontramos es en realidad una palabra aproximada a lo que queremos decir o si es la palabra exacta.

La palabra justa (le juste mot, en francés), la que describe intrínsecamente lo que queremos expresar se resiste a veces, se esconde en los vericuetos de nuestras neuronas y, como dice esa preciosa canción de Amaral: "cómo hablar, si cada parte de mi mente es tuya y si no encuentro la palabra exacta...".

¡Cómo hablar! Según los científicos cuando hablamos la mente hace un escaneo rápido de las posibilidades y escoge una palabra con una velocidad asombrosa, de otra manera no podríamos hablar, pero cuando no encontramos la palabra exacta... nos detenemos, dudamos, buscamos por todos los recovecos de nuestra mente y si no la encontramos, sentimos que no hemos conseguido expresar bien lo que queríamos decir. Recurrimos a perífrasis, damos rodeos "es como si...", "cómo te explicaría yo..." y a menudo soltamos un "no sé si me entiendes" que cuando queremos ser educados se transforma en "no sé si me he explicado".

Hay personas que se explican bien y otras no tanto, algunos utilizan un vocabulario muy reducido con profusión de palabras comodín como 'cosa', 'cacharro', 'chisme', 'cachivache'... de manera que hablen de lo que hablen, casi todo lo resuelven con los mismas términos; otros disponen de una variedad más amplia de repertorio, escogen las palabras, las encajan en su justo lugar y es un auténtico placer escucharles hablar.

De escribir hablaremos otro día.




viernes, 21 de septiembre de 2012

Chao, bambino

Pierre-Auguste Renoir

No teman, no me despido, solo pretendo arrojar alguna luz sobre ese término tan universal para la despedida. El uso de chao se extiende a todos los países de habla hispana en general  y además al portugués, francés, inglés, alemán, hungaro, checo y eslovaco, ahí es nada.

En italiano el actual ciao procede de sciavo, a su vez del latín sclavus (esclavo, servidor, sirviente) por lo que al despedirse con chao se pretendía en su origen decir algo así como "considérame tu servidor". En España hace unos cuantos años había una expresión parecida para designarse uno mismo, por ejemplo, cuando en una lista se pronunciaba un nombre, el aludido respondía con un: "¡servidor!". E incluso, también en otros tiempos, las cartas se despedían con la fórmula "su seguro servidor" que llegaron a abreviarse en un "s.s.s.".

¡Chao! ¡Que tengan un buen día!


miércoles, 19 de septiembre de 2012

Los jeans y el denim



Jacob Davis y Levi Strauss se asociaron allí por 1873 con el objetivo de fabricar unos pantalones cómodos y resistentes para que los mineros los usaran para trabajar y no se quejaran -como era habitual- de que se rompían enseguida. Como ya se habrán imaginado, inventaron lo que nosotros conocemos como jeans o pantalones vaqueros.

Los pantalones que hicieron famoso a Levi Strauss (¿y dónde quedó Jacob Davis?) se confeccionaron con  tela de geanes, de origen genovés, de ahí el nombre de jeans con que se conoce a los pantalones de ese estilo. Esta tela era de un lino muy resistente que se utilizaba para las velas de los barcos y que Davis y Strauss tiñeron de azul oscuro para que fuera más sufrida. Cuando esta tela se acabó la sustituyeron con un tipo de tejido llamado serge que era de la ciudad francesa de Nîmes, de donde procede el término denim.

Estas etimologías me plantean dos reflexiones curiosas: cuán a menudo la historia de las cosas está detrás de la palabra que les da nombre y cómo algo tan genuinamente americano como los pantalones vaqueros hunde sus raíces en Europa: el señor Strauss era de origen alemán; la tela de los jeans, italiana y la del denim, francesa. Si es que el mundo es un pañuelo.

lunes, 17 de septiembre de 2012

La bandera española es gualda y el periodismo amarillo

Mark Rothko

Gualda es el nombre de una planta de la que se obtiene un tinte amarillo. La palabra procede del germano  walda y lo más probable es que este término fuera considerado más culto, más enaltecedor que el amarillo puro y duro y por esta razón se empleara para describir el amarillo de la bandera española que, como  ustedes saben, es roja y gualda o rojigualda y no roja y amarilla.

Amarillo, en cambio, procede de amarellus, diminutivo del latín amarus, 'amargo', por la identificación tradicional de algunos venenos con ese color. Cuando tenemos ictericia nos ponemos amarillos como amarilla es la bilis. El limón es amarillo y amargo a la vez. Hay un Premio Limón para aquellos famosos antipáticos y un Premio Naranja para los simpáticos.

En el mundo del espectáculo el amarillo es considerado un color que da mala suerte y popularmente el amarillo se asocia con la envidia y los celos. En inglés se llama periodismo amarillo al periodismo sensacionalista y escandaloso, al que destila veneno y amargor.

Los sindicatos amarillos eran conocidos hace unos años en el mundo laboral como sindicatos vendidos, sindicatos controlados por la patronal y no por los trabajadores. De por qué se llama así a este tipo de sindicatos hay dos versiones: según unos, la expresión proviene del inglés yellow dog donde yellow significa 'cobarde'; y según otros, el nombre proviene de Francia porque la antigua agrupación sindical Unión federativa de sindicatos y grupos obreros profesionales de Francia y las colonias tenía los cristales tapados con papel transparente amarillo.

En el fútbol el árbitro saca tarjeta amarilla para señalar una falta y el refrán popular dice que "más vale ponerse una vez rojo que ciento amarillo". Si a esto le añadimos que el amarillo no es muy favorecedor precisamente, está claro que es un color con tintes malditos.

martes, 11 de septiembre de 2012

El peso de la arroba


El primer correo electrónico fue enviado entre estos dos ordenadores

Uno de los símbolos tipográficos más universales en la actualidad es, sin duda, la @, expresada como arroba en español. Fue rescatada, que no inventada,  por el creador del correo electrónico, Ray Tomlison, en 1971. Al parecer era un símbolo de los teclados ingleses poco usado, por lo que su utilización no suponía confusión o litigio con ninguna otra área del conocimiento. El símbolo pasó de no ser usado apenas a estar por todas partes.

En castellano el término arroba es muy antiguo y procede de una raíz hebrea y árabe que significaba "cuarta parte". La arroba era una medida de peso que equivalía a 25 libras (11,5 kg) y a una cuarta parte de un quintal castellano (100 libras).

Actualmente el signo @ se ha popularizado también para expresar que una palabra incluye los dos géneros: compañer@s. Personalmente no me gusta nada porque ¿cómo pronuncian ustedes compañer@s? Compañeros y compañeras ¿verdad? Pues eso.

Sin embargo, no deja de ser curioso que se haya rescatado un término ancestral para una innovación tecnológica.




jueves, 6 de septiembre de 2012

Gilda y el adefesio

Rita Hayworth en una escena de Gilda

En otras ocasiones hemos hablado de la capacidad de la lengua para crear palabras, bien importadas de otros idiomas, bien derivadas del propio. Pero también hay palabras que se abandonan, que pasan de moda, que se desechan porque ya no nos sirven. Veamos algunas de estas últimas: 

Adefesio es una palabra que procede de la epístola de San Pablo Ad Ephesios y que alude a la inutilidad de la predicación del apóstol en esta ciudad, donde estuvo a punto de sufrir martirio a manos de la plebe.
Antes se decía "ir hecho un adefesio", que significaba algo así como no ir bien vestido, ir de cualquier manera. La libertad actual precisamente de "ir como uno quiera" ha hecho que ya no califiquemos a nadie de adefesio. Ahora uno es fashion, cool, snob o freaky, pero nunca adefesio.

Afiche, de origen francés, era un cartel publicitario que anunciaba algún evento. Ahora la palabra ha desaparecido de la escena y ha sido sustituida por el tradicional cartel. 

Aldaba era una pieza de metal colocada en la puerta de la calle con la finalidad de llamar. Todavía hay aldabas de adorno en algunas casas, sobre todo en chalets o adosados, pero en las puertas hoy tenemos un timbre y no una aldaba, por lo que la palabra apenas se usa.

Ambigú, de claro origen francés, era el bar de un teatro o cine al que se acudía en el descanso. Ahora ni hay bar en los teatros o cines ni, generalmente, hay descanso.

Carabina, usada en el sentido de ir de carabina se decía de la persona que se enviaba con una pareja para observar y controlar su comportamiento. En la actualidad nuestros adolescentes se pasean solos con total libertad y en lugar de carabina les ponemos chófer para su regreso a casa.

Fresquera era un armario colocado en el balcón o empotrado en la parte exterior de la casa donde se guardaban los alimentos perecederos al fresco, de ahí su nombre. Hace ya unos cuantos años que la fresquera ha desaparecido de nuestras casas sustituida por el frigorífico.

Gilda designaba a una mujer especialmente guapa y con buen tipo. El nombre procedía de la película del mismo nombre interpretada por Rita Hayworth que causó gran revuelo y escándalo cuando fue estrenada (1946) y cuyo impacto perduró muchos años.






lunes, 3 de septiembre de 2012

No tengo palabras

Mark Rothko

Pensando en palabras a veces me da por pensar en la no-palabra. En esos momentos en los que nos quedamos mudos, en los que no encontramos palabras. En los recientes Juegos Olímpicos celebrados en Londres, la entrevistadora de TVE preguntó a una de nuestras ganadoras: "¿Qué sientes ante esta victoria?". La atleta enmudeció un momento, volvió la vista hacia arriba como buscando inspiración en el cielo y respondió un poco azorada: "No tengo palabras para expresarlo".

No tengo palabras es quizás la expresión más emocionada para describir algo. Hay momentos en los que nos quedamos sin un triste adjetivo que llevarnos a la boca: ante la belleza de una obra de arte, ante un atardecer, ante la felicidad inmensa de los primeros pasos de un hijo. Qué adjetivo encontrar, qué palabra albergaría la inmensidad de la belleza, qué expresión para describir la alegría desbocada...

Estoy segura de que hay palabras para expresar lo que sentimos, lo que vemos, lo que pensamos... no hay más que leer a Proust y a otros muchos de los grandes escritores para comprobarlo, pero serían muchas, una retahíla de palabras y a veces, así a bote pronto, nos cuesta encontrarlas.


miércoles, 29 de agosto de 2012

Como se dice una mentira...


Christa Wolf es una escritora alemana (de la antigua Alemania Oriental) que pasó casi un año en Estados Unidos, concretamente en Santa Mónica, Los Ángeles, realizando un proceso de investigación. Allí fue donde tuvo noticia de la campaña de desprestigio que se desató contra ella en la prensa alemana.

Tras la reunificación de Alemania, una ley permitió que los "expedientes" que la RDA tenía archivados con detallada información de las actividades de sus ciudadanos fueran públicos, lo que propició que la prensa arremetiera contra Christa Wolf acusándola de "informadora". Fue una acusación injusta y descontextualizada que hizo mucho daño a la escritora alemana y que fue denunciada por otros escritores como Günter Grass o Heiner Müller.

En una obra que es considerada su legado literario, La ciudad de Los Ángeles o El abrigo del Dr. Freud, Christa Wolf recuerda ese tiempo y se hace esta curiosa reflexión:

"Lenguaje. Poco a poco pude empezar a meditar sobre las diferencias entre el inglés y el alemán, a pesar del uso reducido que yo podía hacer del inglés. Pensé con cuánta más facilidad podría decir: I am ashamed, que Ich shäme mich, me da vergüenza, cuánto más se acercaba el alemán, aun con las mismas palabras, con el mismo significado de las palabras, a las raíces de mis sentimientos, se deslizaba hasta ellas, las rodeaba, las alimentaba, pero también las penetraba dolorosamente, así, en efecto, la palabra inglesa "pain" nunca podría designar para mí el dolor que me afectaba a mí, it is painful podría decirlo yo con la mayor tranquilidad de espíritu, a la ligera, como se dice una mentira, pensé, mientras que rompo a sudar ante la idea de tener que decir: Es tut weh, y pensar al mismo tiempo en la causa de mi dolor. (...) Y de qué me iba a servir traducir "Reue" -arrepentimiento- con "Bedauern" -lamentar-, o sea, expresar "ich bereue" con "I regret": He (or she) regrets what he (or she) has done. Me arrepiento de lo que he hecho. O no he hecho. Eso solo funciona en alemán. Tal vez porque se trate de acciones u omisiones alemanas, pensé. La lengua extranjera como escudo, o también como escondite."

Curioso, ¿verdad? hasta qué punto algunas palabras están unidas a su significado, hasta qué punto está anclado nuestro lenguaje materno en la raíz misma de nuestra identidad como personas.

viernes, 24 de agosto de 2012

Por qué escribimos de izquierda a derecha

Flowers from Granmother's Garden, de Andrei Zadorine

"La razón de que escribamos de izquierda a derecha y no al revés, como los árabes o los hebreos, es que nuestro alfabeto es una serie continua de signos: consonante-vocal-consonante-vocal, por lo que es una representación de sílabas unidireccional que obliga a la mente a analizar lo que leemos. Mientras que si tienes que adivinar, tener una visión iterativa antes de acabar la palabra, es más importante ver la palabra como imagen, no tanto analizar lo leído. Y ese gran cambio en la escritura se produjo porque las lenguas semíticas separan mucho las consonantes de las vocales. Las consonantes son la sustancia de la palabra, el “lexikon”, mientras que las vocales son la conexión gramatical entre las palabras. En el griego, como lengua indoeuropea, el lexicón no se basa sólo en las consonantes, sino en las consonantes y las vocales. Y eso fue lo que hicieron los griegos, adaptaron el sistema fenicio, que era una lengua semítica. De hecho, los griegos no separaban las palabras ni las frases, por lo que aún se tenía que “adivinar” un poco lo que estábamos leyendo".*

*Derrick de Kerckhove, profesor del Departamento de Lengua Francesa de la Universidad de Toronto y del Departamento de Sociología de la Universidad Federico II de Nápoles. Tomado de una entrevista publicada en la revista Jot Down Cultural Magazine que les recomiendo. Ambas cosas: la entrevista y la revista.

miércoles, 22 de agosto de 2012

This is Euskadi: in English, please


¿Qué pasa en Euskadi, que teniendo dos lenguas oficiales, nos gusta tanto el inglés? De qué hablo, se preguntarán ustedes. Pues hablo de todos esos flamantes nombres en inglés que las autoridades de estos lares ponen últimamente a lo que necesita ser bautizado.

Tenemos el Basque Culinary Center*, el Bilbao Exhibition Centre*, el Basque Center on Cognition, Brain and Language , el San Sebatián Convention Bureau, y el Bilbao Convention Bureau... y no queda ahí la cosa, tenemos también en San Sebastián un programa de becas que se denomina Global Training,  Vitoria-Gasteiz es Green Vitoria al ser designada capital verde Europa y la tarjeta turística de Bilbao es la Bilbaocard.

Se me ocurre pensar que quizás es una solución salomónica, ni en euskera ni en castellano, en inglés, o acaso es que la lingua franca de nuestros días suena mejor, tiene más prestigio, aporta más feeling para decirlo con propiedad. O tal vez simplemente es una cuestión práctica: si lo nombramos en euskera hay que ponerlo también en castellano y viceversa y en inglés acabamos antes. No se me ocurren más razones pero no deja de ser un fenómeno curioso.


* Los americanos escriben center y los ingleses centre.

viernes, 17 de agosto de 2012

El poeta y la bañista

Bañista de pie, de Renoir

Uno de estos días di en Internet con una forma poética de la que nunca había oído hablar (lo cual, por cierto, no tiene nada de raro): el madrigal.

El madrigal es una composición, un género literario, que ha de ser breve, sutil e ingenioso, pero además ha de tener un poso de pensamiento y emoción, será liviano, pero no frívolo. En cuanto a su forma, debe estar escrito en versos endecasílabos y heptasílabos rimados en consonante. Blas Muñoz Pizarro, un poeta valenciano ganador de varios premios, es el autor de esta composición tan bella:

Madrigal del poeta y la bañista

Brilla el sol, flor amarilla,
que se desmaya en su cuello,
mientras lame el mar su sello
en el sobre de la orilla.
Qué delicada puntilla
va de la rodilla al pecho
y vuelve, encaje deshecho,
de su pecho a la rodilla
mientras finjo, en mi sombrilla,
que escribo (el mar, al acecho).

Espero que les guste.

miércoles, 15 de agosto de 2012

"Esto a ti te va a calentar qué"

 
 
¿Para qué sirve el lenguaje? El lenguaje sirve para comunicarnos es la primera respuesta que se nos ocurre a todos ante una pregunta tan tonta. También sirve para informar, diríamos a continuación y nos vendría a la memoria esa frase que dice que "los hombres informan, las mujeres se comunican".

Pero de lo que no siempre somos conscientes es de que a menudo hablamos y no hacemos ninguna de las dos cosas, ni informar ni comunicarnos. Hablamos a un niño y pronunciamos para él palabras ininteligibles sin intención de informar ni de comunicar estrictamente nada, le hablamos para que se sienta acompañado, para llamar su atención, para que nos sonría; contamos un chiste en una reunión informal para mantener la cohesión del grupo; los enamorados dicen literalmente tonterías sin más objetivo que escuchar la deliciosa melodía de la voz del amado; hablamos del tiempo en el ascensor para evitar el silencio, nuestro vecino sabe igual que nosotros que "hoy hace un día precioso, mucho mejor que el de ayer". 
 
¿Y qué me dicen de esas ocasiones en las que es mejor no entender? ¿No es el colmo que aspiremos a que el lenguaje nos sirva como refugio para esconder sandeces? Hablo de la letra de algunas canciones y de cuando uno se plantea que sería mucho mejor que la letra estuviera en swahili y así no entender nada y si no, escuchen la canción de Shakira y Calle 13.


 

viernes, 10 de agosto de 2012

No se permitan la arbitrariedad con las palabras


Los cínicos dicen que en política las palabras sirven más para ocultar el pensamiento que para expresarlo y muchos de ustedes se mostrarán de acuerdo con esta afirmación y también coincidirán conmigo en que el lenguaje político es aburrido y monótono además de ser un monólogo.

A los políticos les gustan los adjetivos repetidos: lisa y llanamente, largo y tendido, aquí y ahora, pura y simplemente; y las palabras largas e inexistentes: influenciación, procedimental, funcionarización...

Hay además palabras que tienen constantemente en la boca y con las que arman frases que no significan nada. Este texto se me ha ocurrido así a bote pronto, simplemente uniendo algunas de estas palabras (las que están en cursiva): "busquemos el consenso en esta coyuntura de crisis para lograr un escenario marco que nos lleve a una estrategia y a un entorno que favorezcan un planteamiento unilateral y una propuesta plural, así racionalizaremos los recursos prioritarios y consolidaremos el esfuerzo extrapresupuestario con el que redimensionar y reordenar la reindustrialización". En fin.

En una ocasión los alumnos preguntaron a Confucio qué mejoraría o reformaría si tuviera que gobernar un país y contestó lo siguiente: "Si el lenguaje carece de precisión, lo que se dice no es lo que se piensa. Si lo que se dice no es lo que se piensa, entonces no hay obras verdaderas. Y si no hay obras verdaderas, entonces no florecen el arte ni la moral. Si no florecen el arte ni la moral, entonces no existe la justicia. Si no existe la justicia, entonces la nación no sabrá cuál es la ruta: será una nave en llamas y a la deriva. Por esto no se permitan la arbitrariedad con las palabras. Si se trata de gobernar una nación, lo más importante es la precisión del lenguaje".

viernes, 3 de agosto de 2012

La desafección política


A la palabra desafección últimamente le sigue de todas todas el adjetivo política. La clase política se ha convertido en uno de los mayores problemas de los ciudadanos. Aquellos que elegimos para que solucionen los problemas de todos y organicen nuestra forma de vivir juntos han conseguido, con su inoperancia, hacer famosos lemas como "no nos representan", "no hay pan para tanto chorizo" o "sin casa, sin trabajo, sin miedo".

En este contexto les presento algunos adjetivos calificativos que se aplican a los políticos:

Besaniños*: político falso, demagogo y por ende, besucón de niños.
Burócrata: político del aparato del partido.
Camaleón: el que cambia sus ideas según le convenga.
Chaquetero: que se arrima al sol que más calienta.
Chusquero: político más o menos inútil y segundón.
Fenicio: que tiene habilidad para negociar y sacar el máximo partido.
Florero: término sexista para indicar que una mujer está en un puesto solo para cumplir con la cuota femenina.
Fontanero: persona que se ocupa de trabajar en la sombra.
Francotirador: político que actúa al margen de un grupo organizado.
Paracaidista: político impuesto por la cúpula de su partido desde Madrid para ocupar un buen puesto en una lista electoral de una provincia que no es la suya.
Submarino: infiltrado en una organización.

* Besaniños es una palabra que no está reconocida por el Diccionario de la RAE