viernes, 12 de abril de 2013

Me encantaría, pero no me apetece

 Toscana en Nueva York, de Jesús M. Lazcano

El uso del lenguaje por parte de una comunidad determinada supone una serie de 'acuerdos previos' de los que no solemos ser conscientes. Podemos aprender perfectamente una lengua pero, sin embargo, meter la pata hasta el fondo si no conocemos sus 'usos y costumbres'.

El uso de circunloquios, eufemismos, titubeos... es para muchos occidentales síntoma de hipocresía e incluso engaño, pero para los japoneses es una forma de reducir la aspereza y de ser amables. Decir "no" se considera demasiado rudo y descortés, de forma que las respuestas negativas no se expresan como tales sino que se usa la forma afirmativa, es decir, se le da una vuelta completa a la frase de manera que el oyente comprenda que queremos decir "no" aunque jamás lo digamos expresamente.

Si usted viaja a Japón y no quiere ser considerado un auténtico bruto, tiene que buscar la manera de no decir nunca que no. Phoebe, una de las protagonistas de la serie Friends, lo haría de maravilla. Recuerdo un episodio en el que, incapaz de rechazar de plano la invitación a salir de un amigo, le responde: "¡Uy! me encantaría, pero no me apetece". Y me pareció genial.


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