viernes, 10 de mayo de 2013

El asperón

Self-Portrait with Horn, de Max Beckmann

Yo no sé si a ustedes les habrá pasado que una palabra largamente olvidada les lleve de repente derechitos a la infancia, algo así como el fenómeno de la magdalena de Proust. A mi me ocurrió hace poco con una palabra ordinaria y absurda: asperón.

El asperón era una especie de piedra de arenisca que se utilizaba para fregar los platos y las cazuelas, a veces lo cogíamos en el monte, allí donde había tierra roja. No había oído esta palabra desde hace muchos años, supongo que casi tantos como los que hace que el asperón fue sustituido por el Fairy, pero fue oírla y recordar los anchos campos de maíz y aquella casa rosa con un balcón largo lleno de geranios, mi madre que siempre tenía 33 años y la ropa extendida al sol sobre la hierba.

Un buen ejercicio sería escribir un corpus con las palabras que se quedaron en la infancia de cada uno.


3 comentarios:

  1. Núnca había escuchado esta palabra.

    http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/c/c7/Caja_de_pastillas_de_asper%C3%B3n.JPG/800px-Caja_de_pastillas_de_asper%C3%B3n.JPG

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    1. ¡Exacto! Así eran los trozos (yo nunca le hubiera llamado "pastilla") de asperón que yo recuerdo.

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  2. Es cierto que algunas palabras nos trasladan a veces a nuestra más tierna infancia. Palabras recónditas, olvidadas a veces, que incluso llegan a sorprendernos por haberlas casi olvidado. No obstante -en mi caso, al menos- son sobre todo los olores los que cumplen esa maravillosa función de retrotraernos a épocas pasadas, evidenciando la extraordinaria capacidad de nuestro cerebro en desempolvar olores almacenados en algún rincón de nuestra memoria.

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