viernes, 29 de noviembre de 2013

Mega, magis, maha

Marie Henneberg, de Gustav Klimt

Un apunte muy curioso: las palabras más, maestro, tamaño, mayor, majestad, mayo y matar proceden de las palabras latinas magis, magister, (tam) magnus, maior, maiestas, maius y mactare. La idea básica de todas ellas es  'grande', 'más grande' o 'grandeza', incluso en 'maius', pues el mes de Mayo se llamó así en honor de Maia, la diosa de la vida, y en mactare (que era sacrificar vidas en honor de los dioses inmortales).

Todas estas palabras nos llevan a una raíz común que sería MEG(H)-. De esta raíz proceden muchas otras palabras de distintas lenguas, por ejemplo el griego mega, 'grande' y el sánscrito maha, también 'grande' (de ahí el titulo "Mahabharata", 'la gran historia'). 

A lo largo del tiempo esta raíz, en su origen indoeuropea, produjo mega en griego, maha en sánscrito y magis en latín.

Megaprolífica que era la raíz.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Pero los niños o infantes se morían todos

A Woman Ironing, de Edgar Degas

"(Federico III) quiso comprobar qué lengua o idioma tendrían los niños al llegar a la adolescencia si no habían podido hablar jamás con nadie. Y para ello dio órdenes a las nodrizas y ayas de que dieran leche a los niños (...) pero con la prohibicion de hablarles. Quería en realidad saber si hablarían la lengua hebrea, que fue la primera, o bien la griega, o la latina, o la lengua árabe; o si acabarían hablando la lengua de sus propios padres, de quienes habían nacido. Pero se afanó en vano, porque los niños o infantes morían todos."

Salimbene de Adam da Parma: Cronaca, (1664)

Seguro que se morían de pena y soledad.

lunes, 25 de noviembre de 2013

De cómo cambia el significado de las palabras

Lady in a Pink Divan, de Julius Le Blanc Stewart

Quizás les parezca una exageración, pero a través del Diccionario de la Real Academia de la Lengua uno podría ver los cambios sociales que se van produciendo en este país.

¿A qué me refiero? Por ejemplo, a la grandísima diferencia que hay entre estas dos definiciones de ramera: "Mujer que hace ganancia de su cuerpo, entregada vilmente al vicio de la lascivia" y "mujer que por oficio tiene relación carnal con hombres". La primera es de 1970, la segunda de 1984, ambas del Diccionario de la RAE. ¿Qué pasó en esos 14 años en España? Que el régimen político pasó de ser una dictadura a ser una democracia.

En 1970 magrear era "sobar, palpar, pellizcar a una mujer" y en 1984 la definición cambia a "sobar, manosear lascivamente una persona a otra". Al cabo de esos 14 años la sociedad evolucionó de tal manera que hizo que fuera posible magrear a un hombre y no solo a una mujer. Veamos otro ejemplo francamente interesante: Marica era en 1970 "hombre afeminado y de poco ánimo y esfuerzo", y en 1992 se añadió "hombre homosexual".

No me digan ustedes que esto no da para todo un estudio sociológico que podría titularse: "Proceso de cambio de la sociedad española visto a través del Diccionario de la RAE".

Aunque no creo que se vendiera mucho, la verdad.


jueves, 21 de noviembre de 2013

Una cuestión de Estado

Jardines de Aranjuez, de Santiago Rusiñol

Ahora que el papel está siendo sustituido por las pantallas, es difícil imaginar un momento en el que contar con un soporte donde escribir fuera una cuestión de Estado, pero así sucedió allá por el siglo II a.C.

El rey de Egipto, queriendo preservar la producción de papiros para su beneficio propio y el de la fabulosa biblioteca de Alejandría, resolvió declarar la fabricación de láminas de papiro un asunto de Estado y prohibir su exportación por las distintas ciudades del Mediterráneo. La primera perjudicada fue la biblioteca de Pérgamo, que intentaba disputar el primer lugar a la de Alejandría.

El rey de Pérgamo reaccionó rápidamente y pidió a sus curtidores que desarrollaran un material resistente en el que pudieran anotar textos para ser guardados y así nació el pergamino. A partir de entonces y hasta el siglo XII, momento en el que se empezó a fabricar masivamente el papel en Italia, el pergamino fue el material preferido en Europa para hacer libros, pues era de fácil encuadernación.

El pergamino fue también el soporte de edictos y documentos oficiales por su capacidad para ser cortado y doblado a voluntad. Además podían utilizarse los dos lados de cada hoja y los cuatro márgenes de la página facilitaban la inclusión de glosas y comentarios. Para el año 400, el rollo clásico se había abandonado casi por completo y la mayoría de los libros se producían con hojas agrupadas en un formato rectangular. Al doblarlo una vez, la resma de pergamino se convertía en folio; doblado dos veces en cuartillas, y con una más en octavillas. Estos formatos continuaron con la aparición del papel y llegaron a hacerse oficiales, hasta el punto de que, en 1527, Francisco I de Francia decretó la normalización de los tamaños de papel para todo el reino, indicando que quien no la cumpliera sería castigado con penas de prisión.

Ya ven ustedes, de nuevo una cuestión de Estado.


martes, 19 de noviembre de 2013

Mentiras cochinas y verdades como puños

Odalisca con magnolia, de Henri Matisse

¿Quién no ha dicho una mentira piadosa en su vida? Prácticamente no podríamos vivir los unos con los otros si nos pasáramos el tiempo diciendo verdades como puños. También es cierto que va mucho trecho de decir un embuste a difundir una calumnia. Los niños suelen decir bolas que les exculpen y la vieja del visillo inventa infundios solo para divertirse.

Cuando los políticos arriman el ascua a su sardina, hacen de su discurso una falacia y si se trata del llamado 'mundo del corazón' decimos que se alimenta de chismes. Algunos improvisan trolas y otros elaboran grandes embustes, también los hay hábiles inventando patrañas y no son pocos los que viven contando cuentos. 

En este campo léxico de la mentira y el engaño hay un par de refranes cargados de razón: "Antes se coge al mentiroso que al cojo" y "El mentiroso ha de ser memorioso" y aún hay otro que me recuerda mucho las tácticas de mi madre cuando una enredaba en sus tiempos de adolescente: "Di mentira y sacarás verdad". No sé si ella sacaba verdad, pero a mí me sacaba de quicio.

jueves, 14 de noviembre de 2013

De la bonanza al naufragio

Paisaje marino, de Renoir

Hay épocas en la vida en las que uno cree naufragar tras una larga travesía, parece que todo se fuera a ir a pique, que nada siguiera siendo igual. Pero por suerte después de la tormenta llega la calma, uno vuelve a pisar tierra firme, recupera el rumbo y finalmente desembarca en un buen puerto.

Hacerse de nuevo a la mar tras el naufragio puede ser difícil, cómo recuperar el rumbo de la nave, cómo saber si debemos dejar subir a alguien a bordo o seguir solos y no perder el norte de vista. Me viene a la memoria aquella canción que decía:

"Ay, quién maneja mi barca, quién
que a la deriva me lleva..."

Pero la vida sigue y hay que seguir remando, embarcarse en un nuevo proyecto, cortar amarras con el pasado y construir un futuro con los restos del naufragio. Y no olviden ustedes consultar este cuaderno de bitácora de vez en cuando.


martes, 12 de noviembre de 2013

Concertina

Madrid, de Paula Varona

Cuando oí que iban a poner concertinas rematando la valla de Melilla*, pensé que yo siempre hubiera dicho que esa palabra hacía referencia a un instrumento de música y que nunca había oído que fuera una especie de alambre de espinos.

Curioseando por ahí veo que según el diccionario de la RAE concertina tiene un único significado: "un acordeón de forma hexagonal u octogonal, de fuelle muy largo y teclados cantantes en ambas caras o cubiertas", pero veo también que Wikipedia incluye un artículo titulado "Concertina (defensa)", en el que recoge que "es un tipo de alambre de púa o alambre de cuchillas fabricado en grandes bobinas que se pueden expandir como un bandoneón. Junto con el alambre de púas y el liso de acero galvanizado se utilizan para formar obstáculos o cerramientos de seguridad y de uso militar".

El lenguaje a menudo utiliza esta estrategia, como no tengo una palabra para este objeto nuevo, veamos ¿a qué se parece?, ¿a una concertina?, pues ya está: concertina. Quizás piensen ustedes (como yo) que parecerse, parecerse... solo en que ambos objetos se expanden, pero también hay que tener en cuenta que al pertenecer a campos semánticos muy distantes, no hay el menor riesgo de que un significado se confunda con el otro.


* Si están interesados en firmar una petición para que estas cuchillas sean retiradas, pueden hacerlo aquí.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Hombres, mujeres y viceversa

Hayde Park, London, de Camille Pissarro

Según un estudio realizado por la Universidad de Boston, los hombres y las mujeres hablan diferente. No es que no lo supiéramos, pero si lo dice el estudio de una universidad americana ya podemos afirmarlo sin rubor.

De acuerdo con las conclusiones de este estudio, el hombre tiende a reducir el registro de tonos al hablar, jura e insulta más a menudo, utiliza menos verbos que representan estados emocionales o estéticos, nunca pronuncia determinados adjetivos, asiente menos frecuentemente, prefiere las interjecciones a las conjunciones para cambiar de temas de conversación, cuenta chistes y prefiere temas de discusión diferentes de los de las mujeres.

Las mujeres, por su parte, consideran las preguntas como medio para mantener un diálogo, en tanto que los hombres las consideran como peticiones de información. Las mujeres intentan tender puentes entre lo que su interlocutor acaba de decir y lo que ellas tienen que decir. Ellas parecen interpretar la agresividad de su interlocutor como un ataque que rompe la relación. Los hombres, en cambio, toman la agresividad como una simple forma de conversación. Las mujeres tienden a discutir sus problemas, compartir experiencias y brindar seguridad y están más dispuestas a compartir sentimientos y secretos.

Los hombres rehúyen hablar sobre temas íntimos y tienden a oír a las mujeres (y también a los demás hombres) que discuten este tipo de problemas con ellos, como si hicieran explícitas demandas de soluciones en vez de buscar un oyente solidario.

En fin, que se confirma lo que venía sospechando hace tiempo: ¿Cómo es posible que nos entendamos? De hecho, ¿nos entendemos?, ¿qué les parece a ustedes?

miércoles, 6 de noviembre de 2013

La memoria del mundo

La novia, de Do Quang Em

La ciudad de Alejandría nació con el gusto por la sabiduría y la pasión de la lectura. Cuenta la historia que su fundador, Alejandro Magno, impaciente y desasosegado porque había terminado sus lecturas, mandó parar el avance de sus tropas y envió a uno de sus generales a conseguirle nuevos libros. No habría de levantar el campamento hasta que no tuvo entre sus manos la Historia de Filisto, varias obras de Eurípides, Esquilo y Sófocles, y los poemas de Telestes y Filoxeno. Hoy en día no habría hecho falta tanto esfuerzo, con un libro electrónico hubiera podido seguir conquistando territorios sin interrupción.

La Biblioteca de Alejandría, la más grande del mundo en su época, llegó a albergar 900.000 manuscritos. Se concibió con la idea de disponer de todo el saber que existía en el mundo para que los sabios y filósofos de aquel tiempo recalaran en Alejandría y extendieran su nombre por doquier.

Aristóteles soñaba con una biblioteca que al tiempo que permitiera recoger todos los saberes para su consulta, fuera una especie de "memoria del mundo", eso de "entre todos lo sabemos todo".  Curiosamente es la misma idea que hoy alienta el proyecto de Google Books, millones de libros de millones de bibliotecas reunidos y a nuestra disposición a golpe de teclado. Ya ven ustedes, pasan los siglos y el empeño permanece.

viernes, 1 de noviembre de 2013

La maravilla de un verso

Portrait of Yu Kustodieva, de Boris Kustodiev

"Para escribir un solo verso, hay que haber visto muchas ciudades, muchos hombres y muchas cosas; hay que conocer a los animales, hay que haber sentido el vuelo de los pájaros y saber qué movimientos hacen las flores al abrirse por la mañana. Hay que tener recuerdo de muchas noches de amor, todas distintas, de gritos de mujer con dolores de parto y de parturientas, ligeras, blancas y dormidas, volviéndose a cerrar. Y haber estado junto a moribundos, y al lado de un muerto, con la ventana abierta, por la que llegarán, de vez en cuando, los ruidos del exterior. Y tampoco basta con tener recuerdos. Hay que saber olvidarlos cuando son muchos, y hay que tener la inmensa paciencia de esperar a que vuelvan. Pues no sirven los recuerdos. Tienen que convertirse en sangre, mirada, gesto; y cuando ya no tienen nombre, ni se distinguen de nosotros, entonces puede suceder que, en un momento dado, brote de ellos la primera palabra de un verso."

Rainer M. Rilke: Los cuadernos de Malte Laurids Brigge