miércoles, 30 de julio de 2014

Barbarismos ayer y hoy

Sin título, de Fairfield Porter

Que aunque el río sea el mismo, el agua siempre es distinta; que lo que hoy llamamos barbarismo, mañana será un término culto. O no. Pero la historia se repite y cada uno pensamos que la inventamos.

"Todo crecimiento, todo uso nuevo se origina en la iniciativa individual; pero no todo lo nuevo logra aquella aceptación que es prenda de vida duradera. Como con la imaginación nos traslademos al tiempo en que empezaron a formarse nuestras lenguas romances, veremos que cada innovación que apuntaba hubo de tildarse de barbarismo por los que querían conservar la pureza de la lengua latina (...)

"Pero aquellas formas é (sic) infinitas más, tenidas por barbarismos mientras eran consideradas como meros efectos del impulso individual, se tomaron después por norma, y extendiéndose en el tiempo y en el espacio, produjeron la gran transformación que dio por resultado las lenguas que hoy hablamos."

R. J. Cuervo: Diccionario de Construcción y Régimen de la Lengua Castellana, (comenzado en 1872).

lunes, 28 de julio de 2014

Desasosiego

Sleeper, de Egge Sturm-Skrla

Esta cita es de otro libro que no terminé. Su autor conseguía su objetivo excesivamente conmigo. Me tenía desasosegada total, imposible dormir después del cuerpo que se me quedaba con este Libro del Desasosiego de Fernando Pessoa. Es, sin embargo, un libro aclamado por la crítica y ensalzado por muchos autores que yo admiro, pero, por fragmentos como este, a mí me dejaba tristona y melancólica, pensando que está bien que a uno le gusten las palabras y las lecturas pero... ¿tanto?:

"No lloro por nada que la vida traiga o se lleve. Hay sin embargo páginas de prosa que me han hecho llorar. Me acuerdo, como si lo estuviera viendo, de la noche en que, siendo todavía niño, leí por primera vez, en una antología, el célebre paso de Vieira sobre el Rey Salomón. "Fabricó Salomón un palacio..." Y seguí leyendo, hasta el final, trémulo, confuso; después rompí en llanto feliz, como el que ninguna felicidad real me hará llorar, como el que ninguna tristeza de la vida me hará imitar. Aquel movimiento hierático de nuestra clara lengua majestuosa, aquel expresar las ideas en las palabras inevitables, correr de agua porque hay un declive, aquel asombro vocálico en que los sonidos son colores ideales; todo esto me embriagó instintivamente como una gran emoción política. Y, lo he dicho, lloré; hoy, al acordarme, lloro. No es -no- la añoranza de la infancia, de la que no tengo añoranzas: es la añoranza de la emoción de aquel momento, la tristeza de no poder leer ya por primera vez aquella gran seguridad sinfónica".*

* Pessoa, Fernando: Libro del Desasosiego

martes, 22 de julio de 2014

De la mujer del hombro desactivado

Que Internet es un filón es cosa sabida, lo mismo encuentras fotos antiguas del último pueblo que te puedas imaginar, como ves un vídeo del fenómeno musical del momento.

También puede suceder que te encuentres con esto:


"De la Mujer del hombro Desactivado Imprimir Plaid Dress". Se me han quedado los ojos como platos, sobre todo porque a la modelo de la foto ni se le ve el hombro desactivado ni sabe una a qué se puede referir ese texto. 

La solución está en irse al idioma original de la página -el inglés, of course- donde dice "Women's Off Shoulder Print Plaid Dress" que vendría a ser algo así como Vestido estampado de mujer con abertura en el hombro. Acabáramos.

Y por cierto, a las mujeres que estéis leyendo esto, está muy bien de precio, ¿no?

viernes, 18 de julio de 2014

Los naufragios del matrimonio

Autoportrait, de Charlotte Beaudry


No me digan que los diccionarios no son divertidos:

"El alcornoque, de los latinos llamado 'suber', es una especie de roble, que así en el fruto como en las hojas parece á (sic) la encina, pero no es tan poblado de ramos, y tiene la corteza sin comparación más gruesa, de la cual hacen los andamios que en Castilla suelen llamarse alcorques, para encubrir la baja disposición que por suerte cupo á las hembras, y engañar á ciertos desventurados, que, pensando llevar mujeres á casa, llevan desaforados corchos con los cuales se sostengan y no se vayan á lo hondo en los muy peligrosos golfos y naufragios del matrimonio".

Andrés Laguna, Dioscórides, citado por R. J. Cuervo en el Diccionario de Construcción y Régimen de la Lengua Castellana.

miércoles, 16 de julio de 2014

Para Marcos

Objectif, de Angela Reilly

Tengo un niño de nueve meses en la familia. Todos le hablamos constantemente, a veces le hablamos despacio vocalizando palabras básicas para que las aprenda, otras veces le hablamos porque es inevitable el deseo de comunicarnos con él: "pero, qué guapo estás hoy, Marcos", pero no se me había ocurrido pensar que le estamos enseñando la lengua "en cierto punto de su proceso histórico" y, sin embargo, así es. Que a menudo no vemos lo que más cerca tenemos es cosa notoria y cotidiana. Menos mal que unos vemos unas cosas y otros otras y así, "entre todos lo sabemos todo".

"La lengua de hoy reposa sobre el fundamento de la lengua de ayer, y, seguida paso á (sic) paso hasta sus orígenes, como en gran parte puede seguirse entre los pueblos que tienen literatura, ofrece en la identidad fundamental de las acepciones, en la normal formación de sus inflexiones y derivaciones, y en la regularidad relativa con que en cada época modifica su sistema fonético, ofrece, decimos, prueba patente de que no es un agregado de signos arbitrarios que se mudan á todos los vientos del capricho. Al nacer la recibimos en cierto punto de su proceso histórico, y con ella recibimos también los moldes en que vaciamos nuestras ideas: crecemos, y la usamos en común con nuestros coetáneos; y, cerrado nuestro viaje, sigue ella por su cauce acostumbrado."*

* R. J. Cuervo: Diccionario de Construcción y Régimen de la Lengua Castellana

lunes, 14 de julio de 2014

Un lenguaje secreto

Zhongxia Xie

Este fragmento corresponde a un libro que, a pesar de lo interesante que era, no he podido terminar. El proceso de vendaje de los pies de las niñas chinas y el sufrimiento que conlleva me han hecho imposible seguir leyendo (una floja, sí). A pesar de eso, aquí les dejo una cita que habla del nu shu, un lenguaje exclusivamente femenino que ayudaba a las mujeres a compartir entre ellas sus penas y sus alegrías. Espero que les guste.

"Por aquel entonces yo todavía no había visto la escritura de los hombres, de modo que no tenía nada con qué comparar el nu shu. En cambio, ahora puedo decir que la escritura de los hombres es enérgica, con cada carácter cómodamente contenido en un cuadrado, mientras que nuestro nu shu recuerda a las huellas de un mosquito o de un pájaro en la arena. A diferencia de la escritura de los hombres, los caracteres de nu shu no representan palabras, sino que son fonéticos. De ahí que uno determinado pueda representar todas las palabras que tienen el mismo sonido, pero generalmente el contexto aclara el significado. Sin embargo, hemos de tener mucho cuidado para interpretar correctamente el significado de cada carácter. Muchas mujeres -como mi madre y mi abuela- nunca aprendieron la escritura, pero saben canciones e historias recogidas en nu shu, muchas de las cuales tienen un ritmo breve y marcado.

"Mi tía me enseñó las normas del nu shu. Se puede utilizar para escribir cartas, canciones, autobiografías, lecciones de obligaciones femeninas, oraciones a la diosa y, por supuesto, cuentos populares. Se puede escribir con pincel y tinta sobre papel o un abanico; se puede bordar en un pañuelo o tener en un trozo de tela. Se puede y debe cantar ante un público formado por otras mujeres y niñas, pero también se puede leer y atesorar en solitario. Pero las dos reglas más importantes son éstas: los hombres no deben conocer su existencia ni tener relación alguna con él."

Lisa See: El Abanico de Seda

jueves, 10 de julio de 2014

Que no, que no es por incordiar

Wally knees lifted up in a red blouse, de Egon Schiele

Detrás de hechos que parecen faltos de toda lógica, a menudo hay una explicación histórica. Si a la mayoría de nosotros nos ha parecido que para qué la 'g' y la 'j' o la 'b' y la 'v', si nos bastaba con una de las dos, al conocer su historia, vemos que no es que alguien las haya puesto para incordiar o confundir, como parece a primera vista. Veamos cuál ha sido el camino que han recorrido la 'g' y la 'j'.

El castellano heredó del latín la letra 'g', que siempre se pronunciaba como oclusiva velar sonora: la (/g/) de germanum ('hermano') se pronunciaba "guermanum" y gymnasium ('gimnasio') se pronunciaba "guimnasium". Con el discurrir de los siglos, esta 'g' pasó a pronunciarse como el fonema fricativo velar sordo (/x/) gimnasio, que no existía en latín.

A la vez sucedió que una nueva letra, la 'j', se incorporó al idioma y su pronunciación acabó también fijándose en el fonema /x/ (jarabe). Esta letra pasó a usarse para los casos en que este fonema /x/ no era originario del latín; por ejemplo iudicare pasó a nuestro juzgar.

En la actualidad la 'g' delante de la 'e' y la 'i' suena igual que la 'j', y para que suene suave hay que intercalar una 'u'.  Todavía queda otra posibilidad, y es que en esta combinación de letras deban pronunciarse las tres, entonces es cuando hay que escribir la 'u' con diéresis, como por ejemplo, cigüeña.

Cierto, es un tanto complicado, pero ¿a que sabiendo cómo ha sido la cosa, uno lo lleva mejor?

lunes, 7 de julio de 2014

Donosti Cup

Portrait of the Boy, de Konstantin Makovsky

Antes de que lleguen al final ya les digo que en este post el tema del lenguaje está traído por los pelos, pero no me resisto a comentar un hecho que, cuando menos, es muy curioso.

Como todos ustedes saben, la Copa del Mundo de Fútbol se está celebrando en Brasil desde hace casi un mes. Está en todas las televisiones, en todos los periódicos, en todos los medios de comunicación. Sabemos que Luis Suárez muerde, que a Neymar se le ha acabado el Campeonato, que el equipo de Argelia donó su prima a la Franja de Gaza, sabemos todo eso aunque no nos guste el fútbol.

Pero muy pocos de ustedes sabrán que en San Sebastián comienza hoy la Donosti Cup, un campeonato de Fútbol que reúne a 400 equipos de los cinco continentes. Estos equipos están integrados por chicos y chicas que van desde los 10 hasta los 18 años, por cada equipo se puede inscribir un mínimo de 12 jugadores o jugadoras y un máximo de 20. Multipliquen. Duermen en  albergues, residencias, colegios y casas particulares y durante toda la semana, San Sebastián se llena de grupos de ellos.

Pienso en lo que será para chavales que vienen de Azerbaiyán o de Uganda verse de repente en una ciudad tan distinta a la suya, con sus compañeros de deporte, lejos de la protección y el control de sus familias, conociendo a chicos de todo el mundo, haciendo relaciones que quizá sean para toda la vida.

Y experimentando en sus propias carnes lo importante que es saber otras lenguas para comunicarse, estoy segura de que con esa edad se harán entender de mil maneras, pero también creo que este torneo de fútbol que empezó un emprendedor pirado de esos tan comunes por estos lares, hace más por la convivencia pacífica que todos los soldados de la ONU (bueno, igual se me ha ido un poco la mano).

No dejen de echarle un vistazo a la página web, merece la pena.

viernes, 4 de julio de 2014

Carbunclo, placenta, sargazos

Chris, Sarah, Felicity, de Fairfield Porter

Yo cuando veo un articulo titulado "Palabras" me lanzo a leerlo entusiasmada. En el que cito, Juan Manuel de Prada cuenta cuánto le han gustado las palabras desde siempre, recuerda que cuando era un niño se perdía horas de jugar al fútbol o de requebrar muchachas por pasarse el tiempo consultando el Diccionario Etimológico de Joan Corominas "hasta que esa milagrosa irisación de siglos que cada palabra lleva dentro de sí se fundió con mi sangre". 

Esa frase apocalíptica me dejó helada porque, la verdad, desmerece ser escrita por alguien que se ha pasado tanto tiempo estudiando la materia de la que están hechas las palabras. Continué leyendo el artículo por si eso solo fuera un momento tonto, un traspié que se ha quedado ahí fruto de las prisas con las que todos dicen que hay que entregar los artículos.

Pero el relato de su amor por el lenguaje sigue así: "Aprendí que las palabras se rechazan y opacan entre sí cuando están mal colocadas; y que, al contrario, refulgen con un brillo inédito, como repentinos carbunclos, cuando ocupan el lugar adecuado; o, dicho más exactamente, el lugar imprevisto que les permite desplegar su cola de pavo real, su fosforescencia oculta, su música callada, el mar de sargazos y corales que esconden en las grutas de su etimología".

Y, bueno, admito que para gustos están los colores y que otro tanto ha de suceder con las palabras, pero ¿placenta?, ¿carbunclo?, ¿sargazos?... ¿A ustedes les parecen bonitas esas palabras puestos a escoger? ¿Y eso de música callada?

En fin, voy a dejar los comentarios a un lado, solo les diré que el artículo termina recriminando a la gente que quiere aprender muchos idiomas, "en lugar de quedarse a vivir en el suyo, como en una placenta gozosa". Me abro las venas.

martes, 1 de julio de 2014

Hay cosas que dan mucha rabia

Johanna Staude, de Gustav Klimt

"¿Dónde están ya las olas de ayer sobre la playa? Eran como un dulce gemir en medio de la noche, con la bahía llena de esas fúnebres bujías que duplican el mundo. Fue sólo ayer y parece que nunca sucedió. Te levantaste a las seis de la mañana, después de haberte acostado a las tres, miraste por la ventana del hotel y viste ese mundo. Por el paseo marítimo, vacío, con la desolación de las farolas y su reflejo sobre el asfalto tranquilo, venía corriendo uno de esos que hacen futin. Al correr dejaba en el aire el vaho de su respiración, como un caballo que marchase al trote. Del mar subían también vaharinas de niebla. Era precioso verlo. Los bajos del edificio del Club Atlético, donde tienen unos gimnasios, estaban encendidos con esos neones que arrojan una luz enharinada y cochambrosa. El alero de nuestro hotel estaba en el asfalto, en los lavajos endémicos de esa calle. Creíste ver una sombra también allí dentro, alguien que hacía unos violentos ejercicios gimnásticos. Era un charco de luz. Luego nada, la claridad turbia sobre la arena de la playa. Cuando volviste a mirar hacia el paseo, el atleta había desaparecido."*

¡Cuántas veces no habrá una corrido por ese paseo! Y otras tantas se habrá contorsionado en ese Club Atlético que se menciona, con esas luces esmirriadas. Y jamás fui ni remotamente capaz de escribir unas líneas tan evocadoras como las de Trapiello. Él llega, se instala en el hotel, echa un vistazo y aferra la realidad plasmándola en unas líneas que te dejan diciendo: y si todo esto lo he visto yo antes, ¿por qué no he sido capaz de describirlo así? ¿por qué, eh? ¿por qué?

*Trapiello, Andrés: Siete moderno