lunes, 29 de junio de 2015

Se podía comprar el "don" por doscientos reales

Viva La Vacación, de Delia Brown

"Y ya que de tratamientos hablamos, no estará de más conocer la fuente del don. El título español pasó a América y la sociedad puso el resto. Los españoles en el Nuevo Mundo crearon una sociedad rural (que no quiere decir vulgar), y el apetecido don se ganó por ser encomendero o, al revés, se hizo fortuna, olvidando la formulilla imperante. Las cosas llegaron a tal extremo que en América, por el siglo XVII, se podía comprar el don por doscientos reales, si era para una persona; por cuatrocientos si era para dos vidas; por seiscientos, si era para perpetuidad. Allí, por "las gracias al sacar", uno podía comprar el color de piel, llamarse blanco aunque la noche hubiera acampado en su rostro. Y vinieron las legítimas ansias de igualación, y se pensó que todas las prevenciones desaparecían con un poco de papel mojado y que la dureza de los corazones se ablandaría con las palabras del legislador. Así, el 23 de julio de 1823 la Asamblea Nacional Constituyente de la República Federal de Centroamérica determinó que "los tratamientos y títulos de distinción son ajenos a un sistema de igualdad legal", y se abolió la distinción del don. No sabían los legisladores la que iban a armar: Se buscaron otros tratamientos y el licenciado, el doctor, el ingeniero nos abruman en una distendida conversación; en otras partes, los negros, al libertarse, utilizaron el tratamiento, y los demás lo repudiaron, en otros sitios la formulilla se relegó a los indios de edad. O se usó con los apellidos, o se utilizó exenta."

Alvar, Manuel: Español en dos mundos

jueves, 25 de junio de 2015

Palabras de cine

The Actress, de Nelson Shanks

El cine (junto con la tecnología) es uno de los campos semánticos que más palabras importa del inglés. Decimos playback, flashback, trailer, travelling, script, film, casting, remake, plató (esta es del francés plateau). 

En su momento los académicos propusieron alternativas, como por ejemplo, "plataforma" o "escenario" para plateau, pero la profesión no les hizo mucho caso y adaptó plató, que era fácil y cuadraba muy bien. Otro tanto pasó con travelling que quiso ser sustituida por "cámara seguidora", pero esta era una expresión condenada al fracaso desde el momento mismo de su nacimiento "¿cámara seguidora?", muy feo y muy largo. Para playback se propuso "sonido superpuesto" y "acoplamiento", pero ya saben ustedes quién ganó la partida.

En algunos casos conviven el término inglés con su adaptación castellana, por ejemplo,  film (sobre todo en la escritura) sigue compitiendo con "película", pero no tiene pinta de que vaya a desaparecer, más bien parece que ambas seguirán funcionando como sinónimos. Tanto la RAE como el Diccionario Panhispánico de Dudas proponen "filme", pero esta opción suena petulante y todavía más ajena al español y no tiene mucho éxito entre los hablantes. Otro caso semejante es western que convive con "película del oeste" (cómo le gustaban a mi padre).

Y es muy curiosa la expresión voz en off, que mezcla castellano e inglés sin inmutarse.


* El cuadro es maravilloso, ¿no les parece? Creo que se trata de la actriz Marisa Tomei, aunque es solo una apreciación mía. 

lunes, 22 de junio de 2015

Alma de cántaro

Brothers, de Hugo Simberg

"Alma de cántaro" es una expresión que me gusta especialmente, me parece una forma bien humorada de designar a alguien inocente, con una inocencia que proviene de su bondad, de una forma benévola de ver el mundo. Mejor dicho, me parecía, porque si busco su significado veo que yo sí que soy un alma de cántaro.

A ver si me explico, según Covarrubias: "Alma de cántaro decimos al que es pausado o pasmado, sin discurso ni elección de lo que ha de hacer, vacío de entendimiento, que parece en él no sirve el alma más que para que no se corrompa aquel cuerpo" y según el Diccionario de Autoridades, la definición es la siguiente: "Tener alma de cántaro. Locución y apodo que se dice y apropian al que es de cortísimo talento, casi del todo incapaz y tonto". ¿Ustedes la utilizan? y si es así, ¿con qué acepción?

domingo, 21 de junio de 2015

De dónde procede el nombre del castellano

Woman Reading at the Window, de Anna Sahisten

"Castilla, que fue el reino que le dio nombre al castellano, es término procedente del latín castella, plural de castellum. En tiempos de los visigodos no significaba 'castillo', sino 'campamento militar', diminutivo de castrum, es decir, 'campamento rudimentario' o 'cuartel', o hasta 'residencia' de algún colono arriesgado. De ahí procede el primer nombre que recibe el español. Casi todos los momentos clave en la vida de aquella tierna lengua estuvieron inspirados en la melancolía, pero también en la rebeldía, en la desobediencia al orden establecido, en decisiones taciturnas, en talantes románticos, en coincidencias afortunadas, en regalos de las fuerzas ciegas de la naturaleza. Las lenguas se distancian unas de otras como resultado, como decíamos, del azar, de ese toque mágico que las convierte en privilegiadas frente a las vecinas. No depende de su estructura, en eso no piensa la historia. Depende de situaciones tan ajenas a los propios hablantes que merece la pena detenerse románticamente en ellas."


Del Moral, Rafael: Breve historia de las lenguas

miércoles, 17 de junio de 2015

El euskera y los años de plomo

Beach, de Michael Gurvich

Así como no elegimos a nuestros padres, no elegimos la lengua que hablamos. Hablamos la que nos enseñan, que puede ser una o varias. Más tarde decidimos si queremos aprender alguna otra lengua y por qué. Es habitual que se elija aprender un idioma útil, como por ejemplo, el inglés, pero también se puede aprender una lengua por razones afectivas o de integración social. Yo aprendí euskera con veinte años porque pensaba que era la lengua de la tierra en la que había nacido, la que no habían podido transmitirme mis padres, pero que yo sentía como propia y como un factor de integración social (además de mi evidente gusto por las lenguas).

Aquellos no eran todavía los años de plomo, esos en los que en Euskadi a la extorsión se le llamaba "impuesto revolucionario";  al terrorismo, "lucha armada", y al asesinato, "muerte", sin más. En esos años, el euskera quedó estigmatizado porque se lo apropiaron los sectores que pensaban que esa situación era una expresión del "conflicto vasco". Pero una lengua no es culpable de lo que hacen quienes la utilizan como un arma más.

Las lenguas a veces fluyen con naturalidad y otras discurren por cauces fabricados artificialmente. Como yo, muchas familias que no eran vascoparlantes educaron a sus hijos en el idioma que no era su lengua materna, cambiando así el curso de la historia lingüística. Cierto que desde los estamentos oficiales, detentados por nacionalistas en su mayor parte, se facilitó esta corriente, pero ya hemos visto en otros países que si la sociedad no está por la labor, las lenguas se convierten en fósiles.

Quién hubiera esperado que esos hijos educados en la ikastola estuvieran ahora trabajando en Francia, Noruega o China, pero esa es otra cuestión.

lunes, 15 de junio de 2015

Hablar de adorno es hablar de lujo

Nude Girl at the Seaside, de Frantisek Kupka

"La concepción clásica de la metáfora es quizá la menos imposible de cuantas hay: la de considerarla como un adorno. Es definición metafórica de la metáfora, ya lo sé; pero tiene sus precelencias. Hablar de adorno es hablar de lujo y el lujo no es tan injustificable como pensamos. Yo lo definiría así: El lujo es el comentario visible de una felicidad. Gracias a Dios, no soy adverso a avenidas embanderadas, a quintas con terrazas, a terrazas con puestas de sol, a jugar con lindas piezas al ajedrez. Lo que pasa es que casi nunca me siento merecedor de esas munificencias. En cambio, me parece justificadísimo que una mujer hermosa (cuya belleza es ya una continua felicidad) viva en continuo aniversario y veinticinco de mayo de esa belleza. Yo soy un hombre más o menos enlutado que viaja en tramway y que elige calles desmanteladas para pasear, pero me parece bien que haya coches y automóviles y una calle Florida con vidrieras resplandecientes. Me parece asimismo bien que haya metáforas, para festejar los momentos de alguna intensidad de pasión. Cuando la vida nos asombra con inmerecidas penas o con inmerecidas venturas, metaforizamos casi instintivamente. Queremos no ser menos que el mundo, queremos ser tan desmesurados como él."

Borges, Jorge Luis: El idioma de los argentinos

jueves, 11 de junio de 2015

Todos distintos, todos parecidos

La Gamme Jaune, de Frantisek Kupka

Me resulta curioso comprobar que en países que consideramos muy diferentes, y que puede que lo sean, a menudo suceden las mismas cosas que en el nuestro. Recuerdo un viaje a Holanda, en un tiempo en el que yo pensaba que tan al norte de Europa todo sería distinto, que los holandeses serían muy adelantados, que estarían a años luz de nosotros y ¿saben ustedes qué es lo que me asombró? Que lo único que esos seres altos, blancos y rubios querían, era ser felices. Querían tener un trabajo y una casa y alguna persona a la que querer. Como yo, como nosotros, ni más ni menos.

Riitta Eronen, la lingüista finlandesa de la que hablamos en un post anterior, se asombra de lo multiculturales que son los jóvenes: "Hablan adoptando y adaptando creativamente palabras de diferentes fuentes". Pues sí, los jóvenes, aquí y allí, no tienen prejuicios a la hora de utilizar un término que defina lo que quieren decir, tanto les da si es de su propio idioma o de otro.

La población finlandesa, también como las demás, suele alterar esas palabras que importa para poder pronunciarlas más fácilmente. Añaden una vocal de apoyo al final, en general la i, y a veces duplican las consonantes (por ejemplo, dicen hattu, del inglés hat, 'sombrero'). El finés apenas usa las letras b, c, d, f y g, y así los préstamos lingüísticos suelen sustituirlas por sus equivalentes fineses más cercanos: p, k, v y k respectivamente.

Estos procesos explican que el inglés bank, 'banco', haya derivado en pankki, 'café' en kahvi, 'doctor' se diga tohtori y, la más reconocible, hevimusiikki sea 'música heavy'.

No sé si decir que "nada nuevo bajo el sol" o que, al fin y al cabo, todos humanos.

domingo, 7 de junio de 2015

La magia de hablar

Boy on the Shore, de Pekka Halonen

Marcos está en ese momento mágico al que llamamos "lengua de trapo". No solo dice palabras sueltas que a menudo son sonidos repetidos, sino que también enuncia frases larguísimas que no somos capaces de entender. Se me ocurre que en su cabeza estará repitiendo algo que ha oído y que se parece al original, más o menos como se parece el inglés de esta que suscribe al de un estudiante de Eton. Es más que probable que ese estudiante me mirara perplejo sin saber qué estaría yo intentando decir, como nosotros miramos a Marcos cuando suelta una perorata de la cual solo hemos entendido la entonación. Y aún con la entonación sabemos si expresa alegría, admiración, sorpresa, enfado o miedo.

Él intenta reproducir los sonidos que escucha en un proceso que es un milagro de socialización y comunicación. Un milagro repetido miles de veces cada minuto en el mundo, pero del que no somos conscientes hasta que no tenemos cerca un niño que hoy balbucea, mañana habla y antes de que nos demos cuenta, estará lanzando preguntas a todo el que tenga la dicha de tenerle cerca.

jueves, 4 de junio de 2015

Queremos ser felices

Autorretrato, de Helene Schjerfbeck

"Ya he declarado que la finalidad permanente de la literatura es la presentación de destinos; hoy quiero añadir que la presentación de una dicha, de un destino que se realiza en felicidad, es tal vez el goce más raro (en las dos significaciones de la palabra: en la de inusual y en la de valioso) que puede ministrarnos el arte. Queremos ser felices y el aludir a felicidades o el entreverlas, ya es una deferencia a nuestra esperanza. A sabiendas o no, nunca dejamos de agradecer íntimamente esa cortesía. Muchos escritores la han intentado; casi ninguno la ha conseguido, salvo de refilón. Parece desalentador afirmar que la felicidad no es menos huidiza en los libros que en el vivir, pero mi observación lo comprueba."

Borges, Jorge Luis: El idioma de los argentinos

lunes, 1 de junio de 2015

La sauna y el cóctel molotov

Nainen Rannalla, de Santeri Salokivi

En Finlandia existe un equivalente de la RAE que se llama Kielitoimisto y que se podría traducir como Oficina del Idioma. Allí un grupo de lingüistas -como en la RAE los académicos- discute si un neologismo es correcto, responde a las consultas de los hablantes y se las ve con el finés y el  sueco, los dos idiomas oficiales del país, así como con el sami, que es la variante finlandesa del romaní.

Y es que el finés ha vivido una accidentada historia y se las ha tenido que ver con varias culturas dominantes, por una parte con las familias nórdicas, germánicas, bálticas y eslavas, y por otra con el inglés, la lengua franca de nuestros días.

La experimentada lingüista Riitta Eronen opina que el finés debe adoptar nuevas palabras de otras culturas para sobrevivir en el mundo globalizado de hoy: "No seguimos la idea anticuada de tratar de mantener 'puro' al finés defendiéndolo de las influencias externas. Esto aislaría artificialmente al idioma". Sí, nada nuevo bajo el sol, lo que pasa aquí pasa allí y viceversa.

Y como este proceso suele ser bidireccional, hay también palabras del finés que utilizamos los demás, la más conocida es sauna y la más curiosa es cóctel molotov, expresión inventada por los soldados finlandeses para sus enemigos soviéticos durante la Guerra de Invierno (1939–40) y cuyo origen les voy a contar porque es muy divertido. Mólotov, comisario de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, explicó, en un programa de radio dirigido a los finlandeses, que el ejército ruso no estaba bombardeando Finlandia, sino que les estaba enviando alimentos (aunque estos tenían forma de bomba). Sarcásticamente, el ejército finlandés declaró que "si Mólotov ponía la comida, ellos pondrían los cócteles".