domingo, 2 de agosto de 2015

Las palabras que acaban como uno más de la familia

Join 2007, de Angela Reilly

"Y si difícil para una lengua es fraguar un término que traduzca pensar y sentir, no menos difícil resulta llevar a veces, de una lengua a otra, una palabra, sin que pierda sentido y sentimiento en el trasiego, evitando que se evapore en el camino, por seguir con el símil del perfume, nada de su aroma. De esta última dificultad trataba una fascinante y curiosa información que Xavi Ayén publicaba en La Vanguardia, a propósito de las diez palabras más difíciles de verter de una lengua a otra, a partir de cierta encuesta realizada por la compañía británica Today Translations entre traductores profesionales. Citaba alguna del yiddish, del polaco, del japonés, del tamil. Del portugués figura una, bellísima y cursada: saudade. El español, mucho más belicoso, también ha logrado imponer en todo el mundo una propia: guerrilla. Pues es sabido que cuando una palabra es esencial y única acaba logrando ser aceptada en la casa de otras lenguas, como alguien de la familia."

Trapiello, Andrés: Más o menos

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