domingo, 13 de septiembre de 2015

Pero la lengua siempre será mía

Self-portrait, de Sara Rossberg

"Querida Mary:

Mijita, si tienes que perder la cabeza por ese muchacho, por lo menos aplícate y aprovecha para perfeccionar el español. ¿Cómo crees que aprendí yo inglés? ¿Te acuerdas del inútil de mi primer marido del que un día te hablé? Bueno, éramos jóvenes, estábamos enamorados, y lo que me decía cuando estábamos juntos no necesitaba traducción. Cuando te enamoras de un hombre que habla otra lengua, desarrollas un tercer oído. Primero, tratas de entender lo que dice. Después empiezas a oír lo que quiere decir. Entonces se rompe la relación. Pero algo sales ganando.

Yo aprendí el inglés porque tenía que aprenderlo. Pero no era divertido (hasta que conocí al inútil). Cuando vine de México, iba recogiendo palabras como si fueran abono para fertilizar mi vida en esta tierra extranjera. Y con el tiempo me enamoré del inglés. ¿Los hombres? Los hombres vienen y se van. Pero la lengua siempre será mía. Recuérdalo."

Demetria Martínez: Lengua Madre

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