martes, 9 de febrero de 2016

Reforma ortográfica en Francia

Rue de Paris, Temps de Pluie, de Gustave Caillebotte

Los franceses están revolucionados -de nuevo- en torno a una reforma ortográfica que fue aprobada nada menos que en 1990. ¿Qué pasa veintiséis años más tarde? Pues que en el próximo curso escolar, los libros de texto van a incorporar las modificaciones que proponía aquella reforma. Con esto se pretende que la lengua resulte más estándar y ayude a evitar el fracaso escolar, además de facilitar el aprendizaje del francés fuera de sus fronteras.

Se me ha ocurrido buscar el revolucionario documento (la réplica de nuestro BOE) y en él el Secretario de la Academia Francesa eleva al Primer Ministro francés una petición de cambio de la ortografía que empieza con estas palabras:

"Cuando un Primer Ministro se preocupa por el estado de la lengua francesa, lo que no ocurre todos los días, encamina sus pasos tras la senda de Richelieu*".

Los cambios van a ser en su mayor parte opcionales, pero han suscitado todo tipo de reacciones. En torno a 2400 palabras cambiarán su ortografía: se podrá escribir "oignon" y "ognon"; se suprimirá el acento circunflejo en muchas de las palabras que ahora lo llevan; otro tanto pasará con los guiones, "porte-monnaie" pasará a ser "portemonnaie"; la "ph" de algunas palabras pasará a ser "f", como por ejemplo en "nénuphar", que será "nénufar".

Uno se pregunta por qué tanto revuelo si las reformas pueden ser seguidas o no, pero, como decían en Twitter: "Eres un viejo si has conocido "gâteau", "hôtel", o "même". Y, por cierto, el más querido por aquellos que se oponen a la reforma ha sido el acento circunflejo, ese sombrerito tan francés, que ha merecido ser trendic topic con el hashtag #JeSuisCirconflexe.


* Armand-Jean du Plessis, cardenal de Richelieu, fue el fundador de la Academia Francesa, la institución ocupada de velar por el francés.

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